jueves, 23 de junio de 2011

Risoterapia : Los beneficios de la risa curativa

Risoterapia

Los beneficios de la risa curativa


La risa es una medicina gratuita… natural y que todos podemos desarrollar como tal.El universo es más milagroso de lo que suponemos. 
Todo está planeado tan exquisitamente que en cualquier momento dado todos recibimos de actores en nuestra vida las enseñanzas que necesitamos, divisen a su alrededor,de la personas que menos se imaginan estarán aprendiendo una lección: atisben con buenos ojos a su compañero de trabajo, al vecino, a la cajera de la panadería, a la muchacha de servicio o al vigilante. 
Los maestros espirituales budistas enseñaban a sus discípulos que todo es reductible a uno; que el progreso tuyo es el progreso mío, que tu aflicción es mi aflicción, que tu angustia es mi angustia, mi bienestar es el tuyo.
Esto quiero que lo comprendan de la siguiente manera: el efecto práctico de vivir en sociedad es que todo tiene que ver con todo y nada se desarrolla en el vacio. 
También decían que todo estaba relacionadoa determinado nivel espiritual. 
El concepto no es fácil de entender, pero se explica cuando nosotros cambiamos, todo cambia a nuestro alrededor.
El humor, la risa y la sonrisa tienen innumerables beneficios psicológicos, nos ayudan a superar los problemas que se nos presentan de la mejor manera.
La risa previene enfermedades del corazón, ya que una de las principales causas de ataques al corazón son el miedo y el enojo.
Reírse nos hace sentir vivos y reduce el nivel de estrés.
El humor es el camino más directo para conectarse con uno mismo y mejorar la relación con los demás.

En el trabajo, la gente puede aprender a usar la risa para incrementar tanto la satisfacción personal como la productividad.
Ante una situación que provoca emociones negativas, lo mejor es apelar al humor como herramienta para solucionar y superar el problema.
                                        


Beneficios físicos de la risa 
Se suele decir que la risa es el aerobics del alma debido a que, cuando nos reímos de verdad y a carcajadas, ejercitamos todos los sistemas de nuestro cuerpo.

Si se piensa en la última vez que te reíste de verdad y se recuerda cómo nos dolía todo el cuerpo al dejar de reír, es porque se ha hecho ejercicio. 
Nuestro sistema cardiovascular, por ejemplo, se ejercita cada vez que el ritmo cardíaco y la presión sanguínea aumentan para luego descender nuevamente. 
Nuestra agitada respiración crea un vigoroso intercambio de aire en los pulmones y constituye un saludable ejercicio para el sistema respiratorio. 
Además nuestros músculos liberan tensiones caca vez que se contraen y relajan.

Por último, hay que tener en cuenta que 20 segundos de carcajadas supone el mismo ejercicio para el corazón que 3 minutos de remo.

Los problemas y la risa
Por lo general cuando estamos dentro de algún problema que nos aqueja tendemos a preocuparnos, a deprimirnos, etc. 
Esto en lugar de ayudar empeora la situación. 
Si en lugar de elegir el sufrimiento, elegimos la risa y aprendemos a encontrar el humor aún en los momentos difíciles dejaremos a un lado la actitud compasiva hacia nosotros mismos, dejaremos de sentir lástima por nosotros mismos y en lugar de la compasión ejercitaremos mecanismos cerebrales que nos ayudarán a encontrar la mejor solución a nuestros problemas.

Sufrir ante los problemas representa una actitud negativa ante la vida, reír en medio de los problemas representa una actitud positiva, la diferencia es considerable tomando en cuenta que la risa provoca respuestas fisiológicas beneficiosas en nuestro cuerpo, como la liberación de hormonas endorfinas (analgésico natural de nuestro organismo) y la reducción del cortisol, que deprime nuestro sistema inmunológico y que se libera, sobre todo, como resultado del estrés al que estamos sometidos.

Pero, ¿cómo reír ante los problemas? 
Roger von Oech, un especialista pionero en el estudio de la creatividad ha escrito varias obras acerca de la importancia de sintonizar nuestro canal mental, es decir, orientar nuestra atención hacia aquello que nos brinda optimismo, nos hace reír y nos alegra el espíritu.
El ejercicio que propone Von Oech es el siguiente:echa un vistazo a tu alrededor y busca 5 cosas que tengan el color azul ¡adelante!
Con esa predisposición mental "azul", verás que todo lo azul se precipita hacia ti: un libro azul sobre la mesa, un almohadón azul, una cuadro de ese color, etc. 
Del mismo modo, cada vez que uno aprende una palabra nueva crees escucharla a cada paso, o cuando compras un auto nuevo comienzas a ver ese modelo por todos lados. 
Esto sucede porque la gente encuentra lo que está buscando. 
Si tu buscas pesimismo y desaliento, los encontrarás. 
Si en cambio, andas a la caza de buenas ondas y pensamientos agradables, verás como se multiplican a tu alrededor. 
Todo es cuestión del canal mental que haya seleccionado: tú decides.
Nuestro canal mental nuestra predisposición nos llevan en la dirección hacia lo que queremos dirigirnos.
 En este caso, aprender a reír cuando tenemos ganas de llorar. 
Entonces el primer gran paso para tomarse la vida con humor es sintonizar en positivo y procurar encontrar risas a cada paso.
Para mantener el buen humor hay que automotivarse.

               Historia del cofre del sabio
Hay una historia que contaba un maestro sufi de que hace muchísimos años, vivió en la india un sabio, de quien se decía que guardaba en un cofre encantado un gran secreto que lo hacía ser un triunfador en todos los aspectos de su vida y que, por eso, se consideraba el hombre más feliz del mundo. 
Muchos reyes, envidiosos, le ofrecían poder y dinero, y hasta intentaron robarlo para obtener el cofre, pero todo era en vano.
Mientras más lo intentaban, más infelices eran, pues la envidia no los dejaba vivir. 
Así pasaban los años y el sabio era cada día más feliz. 
Un día llegó ante él un niño y le dijo: "señor, al igual que tú, también quiero ser inmensamente feliz. ¿"por qué no me enseñas que debo hacer para conseguirlo"? 
El sabio, al ver la sencillez y la pureza del niño, le dijo: "a ti te enseñaré el secreto para ser feliz. Ven conmigo y presta mucha atención. 
En realidad son dos cofres en donde guardo el secreto para ser feliz y estos son mi mente y mi corazón, y el gran secreto no es otro que una serie de pasos que debes seguir a lo largo de la vida".

"El primero, es saber que existe la presencia de Dios en todas las cosas de la vida, y por lo tanto, debes amarlo y darle gracias por todas las cosas que tienes.
El segundo, es que debes quererte a ti mismo, y todos los días al levantarte y al acostarte, debes afirmar: yo soy importante, yo valgo, soy capaz, soy inteligente, soy cariñoso, espero mucho de mí, no hay obstáculo que no pueda vencer: este paso se llama autoestima alta.
El tercer paso es que debes poner en práctica todo lo que dices que eres, es decir, si piensas que eres inteligente, actúa inteligentemente; si piensas que eres capaz, haz lo que te propones; si piensas que eres cariñoso, expresa tú cariño; si piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces proponte metas en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas. Este paso se llama motivación.
El cuarto paso es que no debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es, ellos alcanzaron su meta, logra tú las tuyas.
El quinto paso es que no debes albergar en tú corazón rencor hacia nadie; ese sentimiento no te dejará ser feliz; deja que las leyes de Dios hagan justicia, y tú perdona y olvida.
El sexto paso es que no debes tomar las cosas que no te pertenecen, recuerda que de acuerdo a las leyes de la naturaleza, mañana te quitarán algo de más valor. 
El séptimo paso, es que no debes maltratar a nadie; todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos respete y se nos quiera.

Y por último, levántate siempre con una sonrisa en los labios, observa a tú alrededor y descubre en todas las cosas el lado bueno y bonito; piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes; ayuda a los demás, sin pensar que vas a recibir nada a cambio; mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades y dales también a ellos el secreto para ser triunfador y que de esta manera, puedan ser felices".

Te invito a pensar en positivo y a crear la realidad que deseas y realmente esperas disfrutar. 
Utiliza el buen humor ...


miércoles, 22 de junio de 2011

Mentira y Comunicación Social - La paradoja social de la mentira (José Luis Pintos)

Mentira y Comunicación Social



La paradoja social de la mentira
  
El mentiroso utiliza los signos válidos, las palabras,
para que lo irreal aparezca como real
 
F. Nietzsche

En los procesos comunicativos que mantienen a las sociedades en pie lo que importa no es la corrección o incorrección de las formas, la veracidad o mendacidad de las fuentes de información, la verosimilitud o inverosimilitud de las versiones acerca de lo que se comunica.
Lo que importa, lo que mantiene a una sociedad es la permanencia de los procesos selectivos que supone la comunicación.
Sólo si la comunicación se interrumpe, sólo si deja de producirse comprensión, si dejan de producirse posibilidades diferenciadas de sentido, dejan las sociedades de reproducirse como sistemas funcionalmente diferenciados que responden a las necesidades de sus entornos en los que se ubican los seres sociales.
La comunicación no es la señal que conecta el emisor y el receptor.
Supone la señal, pero no es la señal.
La señal implica una definición técnica indicada por parámetros cuantitativos optimizables.
La señal es un instrumento de transporte de mercancías cualitativamente diferenciadas.
La complejidad de la transmisión de la señal se reduce por el ajuste de los parámetros, por la supresión de los ruidos, por la correspondencia de los procesos codificadores y descodificadores.
La señal no es recurrente sino concurrente, debe tener rendimientos constantes no alterados por el paso del tiempo.
Los procesos selectivos y las posibilidades son fijos y limitados.
En la señal se pueden producir errores y corregirlos, no se producen engaños. 
En la comunicación se produce una elevada complejidad que sólo se puede resolver selectivamente a través de la recursividad incorporando el tiempo y sus variaciones en los procesos recíprocos de los sistemas que se comunican.

Si asumimos esta perspectiva, que podemos denominar de “constructivismo sistémico” tenemos que atender a un nuevo planteamiento de cuestiones que anteriormente se daban por supuestas:
1. la verdad como adecuación;
2. la distinción entre las apariencias y lo esencial;
3. la naturalidad de las evidencias.

Un tratamiento completo de estas cuestiones es inadecuado para los fines de este escrito, pero no queremos dejar de hacer algunos comentarios que nos permitirán aclarar nuestra posición.

Ampliemos la cita anteriormente iniciada de Nietzsche:

    La verdad es un rebaño móvil de metáforas, metonimias, antropomorfismos, dicho brevemente, una suma de relaciones humanas que medraron poética y retóricamente, fueron transmitidas y enriquecidas y que tras un largo uso por un pueblo se tuvieron como fijas, canónicas y vinculantes. Las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado lo que son: metáforas que por el uso se han vuelto débiles y absurdas, monedas que han perdido su imagen y que ya no podemos considerar monedas sino trozos de metal
La verdad está vinculada a la vida de un pueblo, por lo tanto a un conjunto complejo de variaciones que no se puede fijar en el tiempo, salvo que se pretenda destruir su valor, su sentido.
El valor de la verdad no depende de una correlación estabilizada a la que se pudiera referir el hablante como establecida fuera de su tiempo, sino que está vinculado al transcurrir en el tiempo de las relaciones humanas de las que es metáfora, transformación, distorsión, imaginación.
De ahí la profunda corrupción de la comunicación humana que supone hablar de “verdades  eternas”, de “verdad absoluta”

Por eso las posiciones de poder pretenden apropiarse de la verdad no por ella misma sino por los efectos que produce en otro de definición de la situación, de construcción de su realidad .
La verdad como “adecuación” es el mecanismo que trata de construir un proceso complejo y plural presentándolo como simple correspondencia de “una” verdad con “una” realidad .
Porque la única manera de perpetuar un sistema de dominación es introduciendo el imaginario social de la ontología monoteísta, sustituyendo la operación y la acción por la referencia permanente a un centro estable y perdurable.

Esto se hace posible mediante los dos procesos aludidos más arriba: el tradicional “hilemorfismo” que separa las apariencias, los efectos de superficie, las variaciones de lo accidental de la esencia oculta de las cosas y las personas que no forma parte de la percepción, que no es observable pero que es la única referencia explicativa posible de que las formas adquieran consistencia; el otro proceso es el de la naturalización de las evidencias, que permite eludir todo tipo de crítica y discusión sobre aquello que adquiere la característica de la naturalidad.
Estos dos procesos impiden esclarecer la complejidad de los mecanismos que producen el conocimiento sustituyendo la diferencia por la identidad.

Tenemos así planteado de otra manera el problema clásico de la vinculación de la verdad y la mentira en el contexto de la comunicación. Desde una perspectiva sociocibernética [18], se podría establecer una observación de segundo orden [19] sobre el observador que emplea como su punto ciego la distinción verdad / mentira.

Tres situaciones en tres momentos distintos de la evolución de un individuo:

Asumamos tres situaciones diferenciadas en tres momentos distintos de la evolución de un individuo:
  1. El niño que recibe los regalos de “los Reyes Magos”, “Papá Noel”, “Santa Claus”, etc.las explicaciones que recibe de sus padres le convencen inicialmente, pues explican las circunstancias bastante inexplicables del hecho de recibir los regalos. Pero poco a poco le van entrando “dudas de fe” por las conversaciones con los colegas mayores de la escuela, por pequeños detalles que va descubriendo, etc. Sin embargo el fundamento de su creencia es muy firme. Son sus padres, aquellos en los que puede confiar, los que le describen el fenómeno y sus causas. Pero las “evidencias” comienzan a resquebrajarse; si hay hermanos mayores esto sucede tempranamente: “Mis padres me mienten, me engañan. Esto no es posible”. Comienza así la primera gran crisis de confianza en los individuos nacidos en culturas cristianas [20]. He ahí al niño enfrentado por primera vez a la cuestión de definir si algo es o no realidad por el testimonio de otros. Y aquí comienza la larga letanía de las “mentiras piadosas” que nos acompañará hasta nuestro lecho de muerte [21]. Se nos miente “por nuestro bien”. Pero en la conciencia de los mentirosos y los engañadores no está funcionando la distinción verdad/mentira como su punto ciego. Más bien lo que podemos observar como distinción oculta es la de “ilusión / realidad”. Frente a la “dureza de la vida cotidiana”, su sometimiento a las reglas siniestras del mercado, su vivencia cosificada y destruida en su autorreferencia, se afirma la realidad de la gratuidad, el don, el goce y la alegría de la fiesta.
  2. El joven o la joven que eligen pareja para establecer una convivencia duraderase supone que esa elección implica también la confianza en que el otro me dice la verdad, no me miente acerca de su persona, de sus intereses, de sus vicios y su virtudes. Se supone que el “enamoramiento” no deja fuera de juego un ejercicio mínimamente “racional” de la confianza, y que por tanto el sentimiento y la emoción no me llevan a mentir a mi pareja sobre cuestiones fundamentales. Pero no mentir ¿es decir toda la verdad o verdades acerca de todo? Ciertamente, es común experimentar la transparencia total como imposible; “sólo pueden, sin peligro, “darse” por entero, aquellas personas que no “pueden” darse por entero, porque la riqueza de su alma consiste en una renovación constante” [22]. El uso de la distinción “verdad / mentira” implicaría, en este caso el predominio de la heterorreferencia sobre la autorreferencia, la dependencia de criterios externos de validez para juzgar la viabilidad de la vivencia en común. Lo que últimamente desembocaría en la forma  “contrato” por la que se pretende decidir el futuro desde el pasado. Pero la única forma creativa de definir un futuro en común es desde la distinción “posibilidad / selección” como recorrido recurrente que va más allá de las leyes y sus transgresiones y que define el campo de la realidad como la realización de posibilidades.
  3. El enfermo ante el diagnóstico del médico: una persona adulta se hace un conjunto de análisis médicos de los que se derivan un diagnóstico específico y un tratamiento. Existe la posibilidad que se trate de un cáncer y que sus posibilidades de supervivencia estén severamente limitadas. ¿Qué actitud toma el enfermo? ¿Necesita saber a toda costa la “verdad”? ¿Qué actitud toman los familiares y amigos? ¿Tienen que “mentirle”? Son conocidas las dos posturas claramente diferenciadas: las de los que quieren saber con toda exactitud el diagnóstico y los que prefieren ignorarlo. Ambos se parecen en que siguen empleando la distinción “verdad” / “mentira” como  un código binario de aparente exactitud y necesidad. Ambos excluyen o tratan de excluir la “contingencia”, la indeterminación, la probabilidad, la posibilidad de la sorpresa. Piensan que el futuro está decidido en el pasado y por tanto huelga vivir la angustia del presente. Porque la “mentira” acerca del diagnóstico puede devenir en verdad por el tratamiento y la respuesta global del individuo y, correlativamente, la verdad acerca de un diagnóstico puede devenir mentira por la misma causa. ¿Qué es lo que nos parece que se está considerando como distinción básica más allá de la de verdad / mentira? Pues lo que se está construyendo es la realidad de la vida cuya culminación es la muerte. Y esa realidad se construye utilizando los imaginarios que acerca de la vida y la muerte están vigentes en nuestras sociedades.
En cada uno de estos casos podemos observar, desde nuestra posición de observador de segundo orden que la distinción con que operan los observadores de primer orden no es la que ellos creen utilizar, la distinción verdad/mentira, sino las distinciones correspondientes a los imaginarios sociales que operan en cada situación concreta, a través de los cuales podemos llegar a percibir algo como real.

Digresión sobre la manipulación mediática

En el cuerpo del texto hemos aludido al tópico de la “manipulación”. Es frecuente escuchar quejas acerca del poder de la televisión “que manipula a la gente” o que“manipula la realidad”. 
Recientemente se han publicado varios ensayos de autores conocidos por su competencia en otras materias que de una u otra forma hacen la crítica del medio televisivo.

Da la impresión de que las abundantes reflexiones y análisis que se han producido en los últimos 20 ó 30 años sobre la comunicación, los medios, las imágenes y los imaginarios no han servido para que algunos “intelectuales”  asuman el papel que les asignaba Octavio Paz. 

El de la manipulación es un viejo tema en las ciencias sociales y ampliamente tratado desde diferentes perspectivas, sobre todo en las épocas más ideológicas del siglo pasado.
Junto con el concepto de “alienación” servía para explicar por qué la gente no hacía o no pensaba como algunos intelectuales iluminados deseaban que lo hicieran.
 Actualmente vuelve uno a escuchar, cuando plantea cuestiones como la que abordo en este escrito, la dichosa explicación evidente de la desinformación: “la televisión manipula los hechos presentando unos y no otros y hace creer (engaña) a la gente que, por desgracia, se cree las “mentiras de la TV” 

Este tipo de afirmaciones bienintencionadas tiene un defecto: suponen que solamente existe una realidad, una verdad y que es posible acceder a ella y presentarla como lo que es.
Suprime todo el proceso constructivo comunicativo.
Hace ya bastantes años uno de los más interesantes sociólogos estadounidenses, W.I. Thomas estableció lo que posteriormente se conoció como el “Teorema de Thomas”:

    Si los individuos definen las situaciones como reales, son reales en sus consecuencias
Dicho en otras palabras: la realidad de las consecuencias no implica la realidad de los antecedentes sino de la capacidad creativa o credencial de los actuantes.
No tiene por qué haber marcianos para que mucha gente huya de las ciudades y se genere la realidad del caos producido por una huida masiva de ciudadanos.
La manipulación sólo se daría, p.e., en el primer caso que presentamos en este apartado: a) hay una realidad “verdadera”: los padres compran los regalos de sus hijos; b) hay un hecho incontrovertible: los hijos reciben realmente los regalos; y c) hay una explicación engañosa -“manipulada”- del hecho: “han sido los Reyes Magos”. 
Paradójicamente la generalización de las comunicaciones televisivas ha planteado nuevos y “graves” problemas a esa explicación y ha obligado a adornar con floridos recursos estilísticos, todos ellos mendaces, las formas anteriores de manipulación.

La manipulación no es posible cuando accedemos a las diferentes versiones que informan acerca de un suceso. 
No hay manipulación cuando las diferentes perspectivas de construcción de la realidad de un hecho, p.e., un partido de fútbol son accesibles al espectador. 
El espectador no es manipulado por el medio, sino que interpreta desde su propia perspectiva los diferentes puntos de vista que nos proporcionan la pluralidad de cámaras y la moviola. 
Y todavía quedan las opiniones y discusiones de los expertos, los juicios de valor sobre la actuación arbitral y el tratamiento de las irregularidades o las sanciones por los organismos burocráticos (¡!).

“Mentira y comunicación” Introducción (Juan Luis Pintos)

Mentira y comunicación social”  
(Juan Luis Pintos)

Introducción
Ha sido tan amplio, cultural y cronológicamente, el tratamiento del tema “Mentira” que sería imposible pretender conectarse con esa larga y pluridisciplinar tradición (lógica, pragmática, teoría de la decisión racional, teología, moral, ética, etc.)
Sin embargo, se plantea hoy como un tema fronterizo al menos de dos disciplinas no siempre bien avenidas: la psicología y la sociología. 
Los temas fronterizos generan problemas específicos cuyo planteamiento, tratamiento y solución impone siempre una práctica comunicativa, una discusión y una permanente observación sobre las variaciones que introducen el paso del tiempo y el cambio de las costumbres.

También aparece la mentira ligada a la paradoja, pues las pretensiones de determinados grupos sociales de establecer la posibilidad de definir la realidad de modo aleatorio con respecto a la “verdad” (el caso de ficción de la novela de Orwell 1984, se ha comprobado como “realmente” existente antes y después de la fecha de escritura: “la realidad imita al arte…”); las víctimas son los asesinos, los inocentes son los culpables, lo natural es el artificio, la sumisión es la libertad…

Si acudimos a un metabuscador que nos proporcione los temas más frecuentemente vinculados al campo semántico del mentir en Internet nos encontramos con que una quinta parte de los sitios seleccionados tiene que ver con aspectos psicológicos de la mentira. 
Si le añadimos los aspectos más vinculados a lo pedagógico alcanzaremos casi una tercera parte de los casos. 
Otra quinta parte estaría marcada por la dispersión de referencias, que se incrementaría hasta otra tercera parte si le agregamos aspectos concretos que aparecen una sola vez.
 Para el tercio restante nos quedaríamos con un 20% vinculado al arte y el espectáculo y un 10% vinculado al ejercicio de la política. 
 Esta construcción de relevancias deja en la opacidad los aspectos que podíamos suponer, desde una perspectiva tradicional, más vinculados a la mentira, como serían los filosóficos (o lógicos) y éticos (o morales). 
En síntesis una observación de lo que aparece como realidad construida de la mentira en la principal fuente de información y conocimiento en nuestras sociedades nos obligaría a pensar en la mentira como patología individual más que como elemento de la comunicación social.

Sin embargo hemos titulado estas páginas “Mentira y comunicación” y hemos reforzado el sentido denominando a la mentira como “paradoja social”.
 El reto de observar la mentira más allá del hablante, o expresado de otra manera, la preocupación por tratar de definir el valor comunicativo de la mentira en unas sociedades en las que la verdad ha sido desabsolutizada y retirada de los centros y los vértices de los procesos comunicativos globales, nos va a conducir a una cuestión más de fondo que tiene que ver con las definiciones de lo que podamos considerar como realidad y la construcción de las creencias correspondientes.

domingo, 19 de junio de 2011

La virtud de la No Lucha-Lao Tzé

Tao Te King 
La virtud de la No Lucha
(Lao Tzé)

Un buen soldado nunca es agresivo; un buen guerrero nunca es irascible.
La mejor manera de conquistar a un enemigo es ganarle sin enfrentarse a él.
La mejor manera de emplear a alguien es servir bajo sus órdenes.
¡A esto se llama la virtud de la no-lucha!
¡A esto se llama emplear las capacidades de los hombres!
¡A esto se llama estar casado con el Cielo desde siempre!
Los estrategas tienen un dicho: no me atrevo a ser el anfitrión, sino el invitado; 
no me atrevo a avanzar ni un centímetro, sino que prefiero retirarme un paso.
A esto se llama avanzar sin moverse, arremangarse las mangas sin desnudarse los brazos, capturar al enemigo sin enfrentarse a él, sostener un arma que es invisible.
No hay peor desgracia que subestimar la fuerza de tu enemigo.
Ya que subestimar la fuerza de tu enemigo es perder tu tesoro.
Por ello, cuando se enfrentan tropas en el campo de batalla, la victoria pertenece a la parte más afligida. 


ZEN: ÉTICA Y ESTÉTICA DE LA ILUMINACIÓN ESPIRITUAL

ÉTICA Y ESTÉTICA  DE LA ILUMINACIÓN ESPIRITUAL
"Alishia,eye Zen"Picture from :http://www.johnfrazee.com

El Zen no es una religión, pues no hay dios que adorar, no es tampoco una filosofía, pues no se basa en la lógica ni en el pensamiento.
El fundamento del Zen es el Satori o Iluminación, que consiste en una ruptura abrupta de la conciencia limitada al Yo hacia una forma de mismidad como no-yo (Jung, 1992).
Para lograr este estado, el practicante debe abocarse a un misticismo contemplativo, a través de distintos métodos, como el zazen, o la práctica meditativa de la insubstancialidad.
En el zazen no hay nada que buscar, no hay meta, no hay objetivo, ni siquiera se ve el satori como una finalidad, al discípulo se le dice que ya ha llegado al estado buscado, que sólo deber sentarse sin hacer nada, sin esforzarse.
Quietamente sentado, sin hacer nada,
Llega la primavera y crece la hierba sola
Tal como en el concepto chino de wu-wei (acción a través de la no-acción) Muchas veces se ha dicho que es absurdo tratar de explicar lo que es el Zen,pues éste consiste en una experiencia de carácter no verbal e inaccesible por medios conceptuales (Watts, 1981).
En otras palabras, para saber que es Zen hay que practicarlo.
El taoismo chino, modo de liberación primitivo, apadrinó el nacimiento del zen, al unirse al budismo mahayana hindú.
La fusión de ambas filosofías dieron nacimiento al "zen".
El zen es un método budista para conseguir una comprensión directa de la realidad (de la vida).
Fue difundido durante el Siglo VI desde la India a China donde se le consideró como "lo que apunta directamente al corazón del hombre".
El zen se basa en una sencillez de principios incomunicables con la palabra, más bien con una simple sonrisa.
Es un modo de vida basado en el budismo y en su vía del medio que consiste en evitar los extremos.
Los extremos son el abandono a los placeres y el disfrute por un lado, y por el otro la agonía de las mortificaciones y austeridades.
La doctrina zen persigue (en resumen):
* Experimentar las realidades cotidianas de forma objetiva, tales como son, y no como nos gustaría que fueran.
* La recuperación de la simplicidad y sencillez
* Hallarlo todo al perderlo todo. "La posesión crea conmoción provocada por la ansiedad que hace nacer en el hombre". "La frustración de un deseo reprimido crea ansiedad".
* Detener el intelecto y la imaginación para poder experimentar las realidades concretas como son realmente.
* Liberarse del yugo de los "conceptos".
Destruir las rígidas formas del pensamiento con el que intentamos poseer la vida.
* Encontrar el entusiasmo en la riqueza del vacío.
* Despertar el sentido innato de la existencia.
EL VACÍO
Para el zen vaciarse significa darse cuenta de que realmente no se tiene nada y que nunca se ha tenido nada.
Nada que ganar y nada que perder, nada que dar y nada que recibir; ser exactamente así de pobre y sin embargo ser rico en posibilidades inagotables.
El vacío zen es un vacío dinámico y vivo, inaprehensible y atemporal, cuya verdadera naturaleza permanece desconocida. 
La esencia de la vida se siente, no se piensa (no se racionaliza o conceptualiza), y cuando se capta se comprende su naturaleza de vacío.
Ese estado de "desprendimiento" y "ausencia" de deseos es a la vez espiritual y psicológico.
Un poema zen dice así:
 "El camino perfecto carece de dificultades excepto la de negarse a admitir preferencias, sólo cuando se ha liberado del odio y del amor se revela plenamente y sin disfraces; una diferencia de un décimo de pulgada es lo que separa al cielo de la tierra. Si quieres verlo con tus propios ojos, no debes tener pensamientos fijos, ni a favor ni en contra." "Todo es adecuado y a la vez nada es adecuado"

El zen descubre su esencia en la vida trivial y sin acontecimientos extraordinarios, del hombre corriente.
Rechaza todas las escrituras (textos) y opiniones de otros en beneficio o preferencia de la experiencia personal.
También rechaza las actitudes excesivamente reverente ante los temas sagrados.
El Zen cree en la iluminación repentina porque cree que sólo se requiere una determinada situación para despertarla y es como un relámpago, de pronto tomamos conciencia de la verdad, que ya estaba en nosotros, olvidada.
Los santos siguen el camino de la perfección dice, pero ese camino es inútil, porque Dios no es nada que se pueda alcanzar por medio del perfeccionamiento sino que es Alguien que ya está en nosotros.
Tan sólo se requiere lograr algo de conciencia, de conciencia de sí.
La iluminación se alcanza en un instante porque ya estamos iluminados pero lo hemos olvidado y necesitamos recordarlo.
La función del maestro Zen consiste en recordárnoslo, no en señalarnos un camino sino en brindarnos un recuerdo, tampoco nos aporta carácter o virtud, sino sólo conciencia e inteligencia para ayudarnos a despertar.
El Zen aporta una verdad totalmente nueva: la iluminación es instantánea
Existe una disciplina que sirve para despertar. Se llama “preparación”. La preparación no tiene nada que ver con el carácter pero sí con la conciencia.
Significa que hay que crear una circunstancia, un contexto que facilite el despertar.
Por ejemplo, meditar sobre una breve frase como: “No hagas caso”, la cual deberá recordarse en todas las situaciones posibles que le acontezcan a uno, pase lo que pase.
Es difícil, muy difícil porque todos nuestros apegos están en juego, la vida puede estar en peligro, la tranquilidad puede desaparecer, la seguridad se puede evaporar, nuestros seres queridos pueden desaparecer.
Pero siempre hay que relajarse y recordar: “No hagas caso” porque no hay nada seguro, nada estable como creemos, en este mundo de cambio.
Se necesitan lograr sólo dos cosas: una es tomar conciencia de que no poseemos nada, podemos usar todo pero no poseemos nada; y dos, relacionarse con las personas pero no involucrarse en ninguna relación, porque eso es esclavitud.
LA PRÁCTICA ZEN: LA SUBLIMACIÓN DE LA VIDA DIARIA
"Lo que cuenta no es lo que hacemos sino como lo hacemos".


"No hay una acción que sea noble de por sí: lo será o no, según la manera en que el sujeto la realice".
La práctica es el método principal y más adecuado de penetración en la esencia de las cosas. 
El zen demuestra con el "satori" que la acción es necesaria y además vivifica.
Pero para ello es necesario liberarse de todos los temores de una conciencia proyectiva que trata de anticipar el futuro mediante el miedo y el deseo. 
La grandeza del hombre está en su vida cotidiana, en el ahora, el eterno ahora, el presente más inmediato. 
Una vez alcanzado el "satori" (la iluminación), la vida ordinaria está habitada por el espíritu. 
La mirada perspectiva de los ojos a las cosas pequeñas cotidianas se vuelve distinta.
"Traer agua para beber y cortar leña para el fuego, son las cosas (las cosas sencillas) en las que reside el maravilloso Tao (el camino del conocimiento)".
"Los demás, cuando comen, no comen sino que andan dando vueltas a los más diversos asuntos, dejándose molestar por ellos; si duermen, en realidad no es dormir lo que hacen, sino soñar un sinfín de cosas.... "
La meta del zen es concentrarse con intensidad en la realidad presente.
"Viajar es estar vivo, pero llegar a alguna parte es estar muerto".

viernes, 17 de junio de 2011

REGLAS PRACTICAS PARA EL ARTE DE CRITICAR II (sobre texto "Razones para vivir"de Martín Descalzo)

Dedicado a ciertos personajes que creen saberlo todo....

REGLAS PRACTICAS PARA EL ARTE DE CRITICAR II



He aquí algunas reglas prácticas para el arte de criticar:

1º Hacer la crítica «cara a cara». Es decir, hacérsela al que tiene que corregirse. Buscar ayudarle. Tirar la piedra y esconder la mano es de mezquinos.


2º Hacer la crítica en privado (a no ser que se trate de cosas públicas). Decirle a uno sus defectos en público es contraproducente.


3º En la crítica, no hacer comparaciones, que resultan odiosas. Nunca decirle a un hijo: «aprende de tu primo». Cada persona es cada persona. Cada caso es cada caso. Las circunstancias diversas pueden cambiar los casos radicalmente.


4º Criticar los hechos, nunca las intenciones. Sólo Dios conoce los corazones. Mientras no nos conste de lo contrario debemos pensar en la buena fe del prójimo. Eso de «piensa mal y acertarás», aunque algunas veces dé resultado, es poco caritativo. Es más bonito aquello de «piensa bien mientras no tengas razones que te obliguen a pensar mal».


5º Limitar la crítica a un caso concreto. Sin generalizar. Las generalizaciones, generalmente, perjudican a inocentes.


6º Criticar con objetividad. Sin exagerar. Evitar las palabras «siempre», «nunca» y similares. Nadie es siempre malo.


7º Criticar una sola cosa cada vez. Soltar de golpe muchas críticas es agobiante.


8º No repetir la misma crítica frecuentemente. El machaconeo resulta ineficaz.


9º Elegir el momento oportuno, tranquilo. Si uno de los dos está nervioso se agrandará la herida en lugar de curarse.


10º Comprobar bien lo que se critica. Basarse sobre rumores o sospechas es exponerse a ser injusto.


11º Ponerse en el lugar del criticado para no hacer a nadie lo que no nos gusta que nos hagan a nosotros. Si supiéramos las razones que el otro ha tenido, seríamos mucho más indulgentes. 

El Amor es la cualidad más importante-Juddi Krishnamurti (Fragmento de "A los pies del Maestro")


 El Amor es la cualidad más importante
(Fragmento de "A los pies del Maestro")
Juddi Krishnamurti


IV

El Amor es la cualidad más importante, por­que cuando es bastante fuerte en un hombre, lo estimula a revestirse de todas las demás, que sin ella nunca serían suficientes. 
Suele definirse el amor como un intenso deseo de unión con Dios y de liberación de la rueda de nacimientos y muertes. 
Pero este concepto del amor suena a egoísta e implica sólo una parte de su significa­do. 
El amor es más que deseo; es voluntad, reso­lución, determinación. 
Para producir este resul­tado, la resolución debe llenar vuestra natura­leza entera, hasta el punto de no dejar lugar para ningún otro sentimiento. 
Es, sin duda, la volun­tad de ser uno con Dios, no para escapar del su­frimiento y de la fatiga, sino a fin de que, en ra­zón de vuestro amor profundo hacia Él, podáis obrar con Él y como Él obra... Pues siendo Dios Amor, si quieren llegar a ser uno con Él, deben también estar poseídos de amor y perfecto al­truismo.
En la vida diaria, esto significa dos cosas: pri­mera, que procuren cuidadosamente no causar daño a ningún ser viviente; segunda, que siem­pre estén alerta por si se presenta la oportunidad de ayudar.
Primero, no dañar
Hay tres pecados que causan en el mundo mayores males que todos los demás: maledicencia, crueldad y superstición, porque son pecados contra el Amor. 
Si el hombre quiere henchir su corazón de amor divino, ha de vigilarlos y combatirlos constantemente.
Veamos los efectos de la maledicencia: Prin­cipia con el mal pensamiento, y esto en sí mismo es ya un crimen. 
Porque en todas las personas y en todas las cosas existe el bien y el mal. 
A cualquiera de éstos podemos prestarle fuerza, pensando en él, y por este medio ayudar o estor­bar la evolución; podemos hacer la voluntad del Logos o trabajar en contra de ella.

Si piensan  mal de otro, cometen tres iniquida­des a un tiempo:
1ª Llenan el ambiente que los rodea de malos pensamientos en vez de buenos, y así aumentan las tristezas del mundo.
2ª Si en el ser en quien piensan existe el mal que le atribuyen, lo vigorizan y alimentan; y así, hacen peor a su hermano en vez de hacerlo mejor. Pero, si generalmente el mal no existe en él y tan sólo lo han imaginado, entonces su maligno pensamiento tienta a tu hermano y lo induce a obrar mal, porque, si no es todavía perfecto, pueden convertirlo en aque­llo que de él han pensado.

3ª Nutren  su propia mente de malos en vez de buenos pensamientos, y así impiden vuestro propio desarrollo y se hacen, a los ojos de quienes pueden ver, un objeto feo y repulsivo, en vez de bello y amable.

No contento con hacerse todo este daño y ha­cerlo a su víctima, el maldiciente procura con to­das sus fuerzas que los demás participen de su crimen. 
Les expone con vehemencia su chisme, con la esperanza de que lo crean, y entonces los convencidos cooperan con él, enviando malos pensamientos al pobre paciente. 
Y esto continúa día tras día, y no lo hace sólo una persona, sino miles. 
¿Ven ahora cuán bajo, cuán terrible es este pecado?  
Procuren evitarlo en absoluto. 
No hablen jamás mal de nadie; niéguense a escuchar a quien les hable mal de otro, y díganle, afectuo­samente: "Tal vez eso no sea verdad, y, aunque lo fuese, es mejor no hablar de ello".
En cuanto a la crueldad, ésta es de dos clases: intencionada y sin intención.

La crueldad intencionada consiste en causar, de propósito, dolor a otros seres vivientes, y éste es el pecado más grave de todos: obra de diablo más bien que de hombre. 
Me dirán que ningún hom­bre puede hacer una cosa semejante; pero preci­samente los hombres la han hecho muy a menu­do y aún la están haciendo cada día. 
Los inquisi­dores la practicaron, y también muchas gentes religiosas en nombre de su religión; los vivisectores, así como habitualmente algunos maestros de escuela. 
Todas estas personas tratan de ex­cusar su brutalidad con la costumbre; pero un crimen no deja de serlo porque muchos hombres lo cometan. 
Karma no tiene en cuenta las cos­tumbres; y el karma de la crueldad es el más terrible. 
En la India, al menos, no puede haber excusa para tales costumbres, porque todos co­nocen el deber de no acusar mal a nadie. 
El des­tino de los crueles cae también sobre aquellos que se dedican intencionadamente a matar a las criaturas de Dios, y llaman a esto deporte.
Ya sé que tales cosas no las efectuan ustedes, y por amor de Dios hablaran claramente contra ellas cuando la oportunidad se les presente.  
Pero también hay crueldad en las palabras como en los actos, y una persona que diga una palabra con intención de herir a otra es culpable de este crimen. 
Esto tampoco lo deben hacer ustedes; pero algunas veces una palabra dicha al descuido ha­ce tanto daño como una maliciosa. 
Así pues, de­ben estar siempre en guardia contra la crueldad no intencionada.
En general, ello procede de la irreflexión.  
Hay hombres tan poseídos de la ambición y de la ava­ricia, que ni siquiera se dan cuenta del sufri­miento que causan a los demás pagándoles poco, o haciendo pasar hambre a su mujer e hijos. 
Otros, pensando tan sólo en su codicia, se preocupan poco de los cuerpos y de las almas, a quie­nes arruinan por satisfacerla. 
Para librarse de unos cuantos minutos de molestia, un hombre deja de pagar a sus obreros el día que les corres­ponde, sin acordarse de las dificultades que este hecho les reporta. 
¡Tanto sufrimiento se causa por descuido, por olvidar cómo una acción ha de afectar a los demás!...  
Pero Karma nunca olvida, y no tiene en cuenta que los hombres ol­viden los hechos.
Si desean entrar en el Sendero, deben pensar en las consecuencias de sus actos, para que no sean culpables de crueldad irreflexiva.
La superstición es otro mal tremendo, que ha causado grandes y terribles crueldades. 
Las per­sonas esclavas de ella menosprecian a las que saben más, y tratan de obligarlas a hacer lo que ellas hacen.
Piensen en la horrorosa matanza debida a la superstición de sacrificar a los animales . Piensen en el trato a que la superstición ha dado motivo con respecto a las clases oprimidas en nuestra amada India, y vean cómo esta mala tendencia puede engendrar una despiadada inconsideración, aun entre los que conocen el deber de fraternidad.
Los hombres han cometido muchos crímenes en nombre del Dios de Amor, movidos por la pesadilla de la superstición; cuidénse mucho de que no quede en ustedes ni el más leve vestigio de ella.
Deben evitar estos tres grandes delitos, por­que son fatales a todo progreso, por ser pecados contra el amor. 
Pero no tan sólo están obligados a refrenarse de este modo ante el mal, sino que han de ser activos para el bien. 
El intenso de­seo de servir ha de llegar al máximo, hasta el punto de estar siempre a la mira para aplicarlo alrededor de ustedes, no tan sólo a las personas, sino a los animales y a las plantas. 
Deben pres­tar su servicio hasta en las pequeñas cosas de la vida diaria, de modo que, acostumbrándose a ello, no puedan substraerse, cuando se presente la oportunidad de hacer cosas de mayor impor­tancia. 
Pues si desean llegar a ser uno con Dios, que no sea para el propio beneficio, de ustedes,sino para convertirse en canal por donde fluya Su amor para alcanzar a sus semejantes.
El que está en el Sendero no vive para sí mis­mo, sino para los demás; se olvida de él para po­der servirlos. 
Es a manera de pluma en manos de Dios, por la que fluye Su pensamiento y tiene expresión aquí abajo, lo que no podría suceder sin ella. 
Es a manera de un canal de fuego vi­viente que derrama sobre el mundo el Divino Amor que llena su corazón.
La sabiduría que los capacita para ayudar, la voluntad que dirige la sabiduría, el amor que inspira la voluntad, éstas son las cualidades de ustedes.