miércoles, 6 de mayo de 2015

Reflexiones de una persona que transita dignamente su madurez (Claudio Sommer)

  TRANSITANDO MI MADUREZ
(Claudio Sommer)

Conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora... 
Me siento como aquel chico que ganó un paquete de golosinas: las primeras las comió con agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocas, comenzó a saborearlas profundamente. 
Ya no tengo tiempo para soportar absurdas personas que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido. 
Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades. 
No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados. 
Me molestan los envidiosos, que tratan de desacreditar a los más capaces, para apropiarse de sus lugares, talentos y logros. 
Las personas no discuten contenidos, apenas los títulos. 
Mi tiempo es escaso como para discutir títulos. 
Quiero la esencia, mi alma tiene prisa. 
Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana.
 Que sepa reír, de sus errores. 
Que no se envanezca, con sus triunfos. 
Que no se considere electa, antes de hora. 
Que no huya, de sus responsabilidades. 
Que defienda, la dignidad humana. 
Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez. 
Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.
Quiero rodearme de gente, que sepa tocar el corazón de las personas. 
Gente a quien los golpes duros de la vida, le enseñó a crecer con toques suaves en el alma. 
Si, tengo prisa por vivir con la intensidad, que solo la madurez puede dar. 
Pretendo no desperdiciar parte alguna, de las golosinas que me quedan. 
Estoy seguro que serán más exquisitas, que las que hasta ahora he comido. 
Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres queridos y con mi conciencia. 
Espero que la tuya sea la misma, porque de cualquier manera, también llegarás.