El Síndrome de Peter Pan II
¿Te reconoces como Peter Pan?
- Peter Pan posee el deseo interno de ser cuidado, que sus demandas sean satisfechas, y da por sentado que los demás se encargarán de todo eso. Se sorprende y se enfada si no es así. Además sus necesidades son apremiantes, no se pueden postergar.
- Peter Pan no cree que tenga la obligación de contribuir a amar, dar o hacer. Mas bien su inquietud se concreta en recibir, pedir y criticar.
- No está hecho para la vida adulta, no puede cumplir promesas, mantener un trabajo, una pareja, una casa porque no se puede comprometer. Está comprometido con el no-compromiso. Nada puede obstaculizar su libertad.
- Las necesidades básicas de Peter Pan suelen ser cubiertas por otra persona. Esa otra persona acostumbra a ser alguien a quien le gusta cuidarlo. Aunque esa otra persona siente un cierto malestar por el abuso, no hace nada al respecto para no provocar conflictos a Peter.
- Peter Pan no se responsabiliza de sus emociones, siempre cree que el otro es el responsable de sus sinsabores y contrariedades.
- Peter está centrado en sí mismo, sus disgustos, su rabia, su desaliento, su estrés, su trabajo excesivo...
- El papel de la persona que cuida a Peter puede estar encarnado por una madre, una hermana, un padre o una esposa, la pareja que sustituye a la madre.
¿La reconoces como Wendy?
- Cuando habla de su familia suele decir que tiene tres hijos, su marido y los dos niños.
- Le gusta sentirse imprescindible.
- Cree que el amor es sacrificio y resignación.
- Se vive excusando contigo.
- Justifica continuamente tu mal comportamiento e informalidad ante los demás.
- Evita a toda costa que te enfades.
- Siempre te está pidiendo perdón.
- Intenta continuamente hacerte la vida agradable.
- Te hace psicoterapia y fisioterapia cuando vienes del trabajo.
- Insiste en hacer cosas por ti. Va a la tintorería, al gestor, al banco, a pagar impuestos, a comprar el regalo de tu secretaria y te hace, sin protestar, todas tus tareas aburridas o incómodas.
- Respeta tus espacios y tus salidas con los amigos sin discutir.
¿Eres recuperable?
- Aprende a tolerar las frustraciones sin hacerte la víctima.
- Preocúpate por el bienestar de las personas que amas.
- Escucha activamente los problemas de los demás.
- Acepta la pérdida de privilegios que comportan los compromisos.
- Entiende que al tomar una decisión, siempre hay una desventaja que asumir.
- Todos somos responsables de nuestras propias emociones. No son los demás que nos hacen enfadar, somos nosotros que nos enfadamos.
- Establece relaciones más equitativas con las personas, no les pidas aquello que no eres capaz de dar.
- Dar las gracias no significa rebajarse ante los demás. Ten en cuenta que nadie nació con la obligación de servirte.
(Fuente: Psicología Portal Cantabria.es)