Falacias
Germán T. Lovrencic
De cómo viciar,manipular y enfermar la comunicación
La palabra falacia es usada a veces, como equivalente al término sofisma.
La significación de falacia o sofisma alude a un argumento aparente o a una forma de argumento no válida.
La palabra falacia tiene límites imprecisos en su significado.
En algunos contextos aparece el término denotando una falsa creencia o un error expresado en un enunciado, pero éste es un uso impropio.
Para que haya una falacia es necesario que estemos en presencia de un argumento; conforme a lo que se ha dicho precedentemente, es menester que se trate de un “argumento aparente”.
Desde el punto de vista lógico, no existe un argumento o un razonamiento; pero aunque incorrectos a la luz de la lógica, suele llamarse falacias a los razonamientos que son psicológicamente persuasivos.
Es un modo de argumentar en que hay un error en la estructura del razonamiento, que pasa inadvertido.
Debido al múltiple registro de falacias que han mencionado estudiosos durante la historia, se puede concluir que no se puede, “ni se debe” enunciar una clasificación taxativa de las mismas.
Pero se tomará como base la realizada por Aristóteles.
Falacia Formal y no formal
Tradicionalmente, las falacias son divididas en dos grandes grupos: “Formales” y “No Formales”.
El análisis de este trabajo se basará en las “Falacias no formales”.
Para hacer una pequeña referencia sobre las falacias formales, diremos que son aquéllas que están conectadas con esquemas de inferencias válidos (el error se distingue en la estructura “formal”)
Falacias no formales
Las falacias no formales consisten en errores en el razonamiento sometidos o bien por la fuerza persuasiva del argumento empleado para establecer la conclusión o bien por la ambigüedad que presenta el lenguaje utilizado para formular el razonamiento.
A la luz de este criterio clasificatorio las falacias no formales se dividen en dos grandes grupos:
A- Falacias de Atinencia
B- Falacias de Ambigüedad
Falacias de Atinencia
La característica común a todos los razonamientos que cometen falacias de atinencia es que sus premisas carecen de atinencia lógica con respecto a sus conclusiones, no pudiendo establecer su verdad.
La circunstancia de carecer de atinencia lógica, presentando en cambio atinencia psicológica se explica por los distintos modos en que puede ser usado el lenguaje.
-Argumentum ad baculum (Apelación a la fuerza)
Recibe este nombre la argumentación compuesta por enunciados que aluden a medios de coacción; dichos enunciados son formulados a efectos de fundamentar la concusión que se pretende hacer aceptar.
La intimidación no necesariamente debe hacerse a través de enunciados que aludan a la coacción física, ya que dichos enunciados pueden referirse a otros métodos de intimidación no consistentes en las vías de hecho.
Usualmente sólo se recurre a ella cuando fracasan las pruebas o argumentos racionales. Podría resumirse el ad baculum en la frase: “La fuerza hace el derecho”.
Ejemplo: En la reunión de los "Tres grandes" en Yalta, al fin de la Segunda Guerra Mundial. Informaron que el Papa sugería un curso de acción, por esto Stalin, en desacuerdo preguntó: "¿Y cuántas divisiones dice usted que tiene el Papa para el combate?"
- Argumentum ad hominem–Ofensivo
Se la comete cuando, en vez de tratar de refutar la verdad de lo que se afirma, se ataca al hombre que hace la afirmación.
No hay conexión lógica entre el enunciado que ataca al autor de una proposición y la proposición cuya verdad se pretende refutar.
No se trata de disputar acerca de la verdad o falsedad de la proposición en cuestión, sino arrojar dudas acerca de la plausibilidad y/o de la consistencia de la persona que defiende esta proposición y contra la cual se argumenta “ad hominem”.
La forma en que se puede persuadir a veces este razonamiento falaz es a través del proceso psicológico de la transferencia. Si puede provocarse una actitud de desaprobación hacia una persona, puede convertirse en desacuerdo con lo que esa persona expresa (pero esta conexión es sólo psicológica, no lógica)
Ejemplo: Si se trata de desvalidar la palabra de Pitágoras: “El hombre es la medida de todas las cosas”, con el argumento falaz: “¡Esa proposición es falsa como todas las afirmaciones de los sofistas!”, nos encontramos con que el nexo es sólo emocional y por lo tanto psicológico; no hay conexión lógica entre el enunciado que ataca el autor de la preposición y la proposición cuya verdad se pretende refutar.
(ver el post "Para qué argumentar, cuando podemos descalificar? del blog " Dividiendo entre cero")
- Argumentum ad hominem –Circunstancial
La variedad circunstancial del argumento ad hominem corresponde cuando aprovechando la debilidad de las consecuencias derivadas de principios aceptados por el interlocutor, concluye atacando como inaceptables tales principios.
Hay una relación entre las creencias de una persona y las circunstancias que la rodean.
Los principios atacados como inaceptables, presentan la propiedad de ser tesis admitidas por quien se hace pasible de este argumento falaz; en virtud de lo expuesto, dicha falacia en modo circunstancial, también recibe el nombre de ex-concessis
Ejemplo: Una persona imputa a un cazador ser un desalmado por cazar animales indefensos; y este le refuta el argumento recordándole que el otro que su modo de subsistir incluye el sacrificio de animales, cuya carne consume.
-Argumento ad ignorantiam
Se comete esta falacia cuando se sostiene que una proposición es verdadera argumentado solamente que no se ha demostrado que sea falsa, o bien que es falsa porque no se ha probado lo contrario.
La incapacidad de probar la verdad o falsedad de una proposición carece de conexidad lógica con la afirmación de su falsedad o su verdad, según el caso.
Esta falacia suele cometerse con mucha frecuencia en temas relativos a los fenómenos extrasensoriales.
Ejemplo: Un claro ejemplo de esta falacia es si se dijera: “debe haber fantasmas porque nadie ha podido demostrar nunca que no los hay”.
Pero existe un contexto, el jurídico, donde el argumentum ad ignorantiam acarrea la declaración de inocencia de un agente, por parte del órgano aplicador de derecho.
Se establece que la ignorancia por falta de pruebas o pruebas insuficientes acerca de la culpabilidad de un individuo justifica la aserción de su inocencia.
-Argumentum ad misericordiam
El argumentum ad misericordiam constituye un claro ejemplo de la utilización del lenguaje en sentido emotivo como también la falta de atinencia lógica entre los enunciados que constituyen la argumentación y la conclusión que se pretende aceptar.
Mediante esta falacia se pretende que se acepte una argumentación apelando a la piedad.
Se encuentra con frecuencia este tipo de argumentación en los tribunales de justicia, cuando un abogado defensor deja de lado los hechos que atañen al caso y trata de lograr la absolución de su cliente despertando piedad o lastima en los miembros del jurado.
Ejemplo: Como ya se ha mencionado, el uso de esta falacia en los tribunales de justicia es muy común, en donde se trata de mencionar hechos, de poca relación con el hecho en cuestión (meritos, triunfos, estado familiar, servicios prestados al linaje humano, etc.), para conseguir así la inocencia.
Un caso extremo, es la argumentación de una persona, quien había asesinado a sus padres e intentaba acudir a la piedad del jurado por ser “huerfano”.
- Argumentum ad populum
Esta falacia tiene varios modos de presentación:
- Algunas veces, se solicita mediante una argumentación que constituye un llamado emocional al auditorio, la aceptación para un enunciado que no es la conclusión de un razonamiento lógico válido. Este argumento se dirige a un conjunto de personas, con la intención de provocar en ellos aquellos sentimientos que les hagan adoptar el punto de vista del hablante. Este llamado emocional al pueblo puede implicar falacias ad misericordiam y/o ad hominem.
- Otras veces, se trata de motivar determinada actitud por parte del auditorio, mediante el empleo de una argumentación instrumentada desde una perspectiva psicológica, a efectos de lograr una actitud emocional en pro o en contra de un anunciado determinado.Ejemplo: Un funcionario, en lugar de presentar pruebas acerca de los resultados de una medida económica, trata de lograr el asentimiento popular aludiendo a lo "progresista" de la medida en cuestión, que ejecutada dinamiza un sistema "obsoleto y superado por los países altamente desarrollados". Este lenguaje utilizado trata de provocar una actitud de aprobación por parte del auditorio, quien, factores emocionales mediante, no se detendrá a analizar si el enunciado cuya aprobación se promueve es o no la conclusión de una razonamiento válido.
- Otro modo de presentación de esta falacia, lo constituye el lenguaje publicitario. A efectos de lograr la aceptación de un enunciado que alude al consumo de un producto, los mecanismos publicitarios ponen el “acento”, en otro elemento que es que atrapa la actitud positiva del auditorio.Con la idea de movilizar sentimientos del público a favor o en contra de una medida determinada el propagandista evitará el laborioso proceso de reunir y presentar pruebas y argumentos racionales y concurrirá a los métodos más breves del argumentum ad populum.El demagogo publicitario, intentará validar o difamar sin ninguna justificación lógica. Los anunciadores "hechizan" sus productos y nos venden ilusiones de grandeza junto con productos.Ejemplo: En casi toda venta de automóviles, se acompaña con hermosas jóvenes, para capturar la atención del consumidor, pero no a través del producto directamente.Muchas veces se nos dice que una marca o producto es mejor que otras solo por que es la mas vendida. Aunque una cierta creencia es verdadera, una venta masiva del producto no justifica lógicamente la mejoría.
-Argumentum ad verecundiam*
Un argumentum ad verecundiam es, según John Locke, es un argumento que se funda en la superioridad de hombres cuyo saber, eminencia y poder en unos aspectos les concede, o supone que les concede, autoridad suficiente para formular juicios y llegar a conclusiones en otros aspectos.
En pocas palabras, se comete esta falacia cuando para validar un argumento, se citan palabras de una autoridad, pero que posee relevancia en otro campo.
Pero la referencia a una reconocida autoridad en el campo especial de su competencia puede dar mayor peso a una opinión y constituir un factor de importancia.
Ejemplo: Si se alude a la opinión de Jorge L. Borges en materia informática para validar un argumento.
Es muy común esta falacia, en las publicidades, donde a través de famosos, se trata que adquieran productos, porque estos los eligen.
-Falacia de Accidente
La falacia de accidente consiste en aplicar una regla general a un caso en particular cuyas circunstancias “accidentales” hacen inaplicable la regla.
Lo que es verdad “en general” o en muchos casos, puede no serlo universalmente, porque las circunstancias modifican los casos, relativizándolos.
Ejemplo: Si una persona, en sano juicio, nos entregara un objeto dañino, con animo de tenencia temporal, y este cae en una demencia, uno
¿Debería seguir la regla general del deber de pagar las deudas?
- Falacia de Accidente inverso (generalización apresurada)
Cuando se generaliza a partir de excepciones o apresuradamente una regla, que se adecua a pocos casos particulares, se comete la falacia de accidente inverso.
Ejemplo: Si se considera el efecto del alcohol sólo sobre los que abusan de él, podría concluirse que todos los licores son dañinos y requerir que su venta y consumo sea prohibido por la ley.
-La causa falsa
La falacia llamada de causa falsa (según análisis históricos), ha recibido diferentes nombres latinos, con contenido cercano, pero diferente.
- Non causa pro causa: Se refiere a la confusión existente entre lo que no es causa con una causa. Es decir, “No es causa pero se lo trata como una causa”
Por ende, se podrá decir, que la falacia non causa pro causa consiste en tomar por condición suficiente de un acontecimiento, algo que no lo es.
Ejemplo: Una ejemplificación burda pero clara, sería si se afirmara que “el sol sale por el canto del gallo”.
- Post hoc ergo propter hoc: Designa la inferencia de que un acontecimiento es la causa de otro simplemente sobre la base de que el primero es anterior al segundo.
Consiste en relacionar el post (después de) con el propter (a causa de).
Se comete esta falacia cuando se considera que, al ser A antecedente temporal de B, entonces se considera a A como la causa de B (sólo, por ser antecesor).
Ejemplo: Una falacia seria creer que por el testimonio de alguien con resfriado, por beber unos frascos de una cocción de una hierba “secreta”, pudo curarse en dos semanas.
-Petitio principii
Se comete esta falacia cuando se trata de tomar como premisa de su razonamiento la misma conclusión que pretende probar. Se pretende apoyar una conclusión en ella misma y sólo se cambia de palabras.
Si la proposición que se quiere establecer está formulada exactamente en las mismas palabras como premisa y como conclusión, el error será tan manifiesto que no engañará a nadie.
Ejemplo: Esta falacia pueda hallarse en una cadena de varios razonamientos: Si alguien afirma que Shakespeare es un autor más grande que Robbins, porque la gente de buen gusto literario lo prefiere; y si además afirma que la gente de buen gusto es la que prefiere a Shakespeare, se estará cometiendo la falacia.
- La pregunta compleja
Cuando se comete la falacia de la pregunta compleja se está requiriendo A) una única respuesta, a un interrogante con varias preguntas, o B) una única respuesta a un interrogante que contiene una presuposición.
Ejemplo:
Forma A) Si la madre le pregunta a su hijo, si quiere portarse bien e ir a acostarse; claramente se trata de dos preguntas y una de ellas no presupone una particular respuesta a otra. Deben darse ambas preguntas una única respuesta.
Otro ejemplo seria la pregunta: ¿Podría Dios todopoderoso, crear una piedra tan pesada que ni él podría levantar?
Forma B) Si se preguntara: ¿Ocultó usted en su escritorio la joya que sustrajo? Este interrogante contiene una presuposición que se ha contestado afirmativamente a la pregunta: ¿Sustrajo usted la joya?
El procedimiento inteligente es tratar la pregunta compleja no como si fuera simple, sino analizarla en sus partes componentes.
-Ignoratio elenchi
La falacia Ignoratio elenchi se comete cuando un razonamiento que se supone dirigido a establecer una conclusión particular es usado para probar una conclusión diferente.
Ejemplo: Si en un juicio, el fiscal trata de probar la culpabilidad del acusado de asesinato de un niño, pero no a través de pruebas, sino tratando de explicar lo horrible de la muerte de un hijo. De esta manera se tratara de despertar un estado emocional en el jurado, para que se lo culpe por el horror del crimen, y no por si es realmente culpable.
Falacias de ambiguedad
La característica común de las falacias de ambigüedad es que aparecen en razonamientos cuya formación contiene palabras o frases, cuyos significados oscilan y cambian de manera más o menos sutil en el curso del razonamiento.
Se clasifican, según la manera que se presente la ambigüedad, en:
a-Falacia de equívoco
Un razonamiento es falaz por equívoco cuando, si darnos cuenta, se usa dentro del mismo contexto, una misma palabra, con diferentes significados literales.
Ejemplo: “El fin de una cosa es su perfección, la muerte es el fin de la vida; por lo tanto la muerte es la perfección de la vida” Este razonamiento es falaz, porque en él se hallan dos sentidos diferentes de la palabra fin. En uno se toma como objetivo y en otro como último suceso.
b- Falacia de anfibología
Un enunciado es anfibológico cuando su significado es confuso debido a la manera descuidada, torpe o incorrecta en que sus palabras están combinadas. Un enunciado anfibológico puede ser verdadero en una interpretación y falso en otra.
Ejemplo: Si del enunciado “Prohibido casarse a los hombres y mujeres menores de 14 años”, se extrae como conclusión que sólo pueden casarse mujeres de más de 14 años, cometemos falacias de anfibología, porque estaríamos interpretando el enunciado como una prohibición de casarse que se aplica a todos los hombres, cualquiera sea su edad y a las mujeres menos de 14 años.
Los títulos de los periódicos, muchas veces presentan anfibologías:
“Un granjero se saltó la tapa de los sesos después de despedirse afectuosamente de su familia con un revólver”.
c- Falacia de énfasis
Consiste en el cambio de significado de un enunciado como consecuencia de resaltar o destacar “enfáticamente” alguna parte del mismo, de tal manera que dicho enunciado tendría una interpretación diferente si se lo formulara sin énfasis alguno.
Ejemplo: El enunciado “La coexistencia pacífica de políticos con ideas opuestas, es el ideal de las democracias”
Si se enfatizan las palabras “ideas opuestas”, podría interpretarse que sólo la coexistencia de políticos con ideas opuestas es el ideal de las democracias, y no así la de políticos con ideas similares.
Este tipo de falacias cometido con frecuencia por la prensa escrita, al remarcar ciertos titulares de tal manera que llamen la atención de público, para atraerlo:
“¡GUERRA NUCLEAR! es lo que se teme por parte de las naciones...” La forma de presentar el enunciado es lo que lo hace falaz.
d- Falacia de composición
Reciben este nombre dos tipos de razonamientos falaces distintos, pero relacionados entre sí.
- El primero de los razonamientos consiste en atribuir las cualidades o propiedades de las partes de un todo, al todo. Ejemplo: Habría un argumento falaz, si se dijera que, como todas las partes de una máquina son livianas, la máquina es liviana. En donde fácilmente la maquina puede ser pesada, debido a estar compuesta por un gran número de piezas “livianas”.Habría otra falacia si se afirmara que como cada uno de los barcos esta preparado, la flota esta preparada para la batalla.
- El segundo de los razonamientos consiste en afirmar que debido a que los componentes de una clase o elemento de una colección tienen determinada propiedad, también la posee la clase o colección misma. La falacia se comete cuando se pretende que lo que se puede predicar distributivamente de una clase o colección, también se puede predicar colectivamente de ella. Ejemplo: Sería falaz argumentar que como un ómnibus gasta mas combustible que un automóvil, todos los ómnibus gastan mas combustible que los automóviles.
e- Falacia de división
Consiste esta falacia en el error inverso a la falacia de composición, por lo tanto adopta dos formas diferentes:
-El primer tipo consiste en razonar falazmente al atribuir las propiedades de un todo a cada una de sus partes.
Ejemplo: Considerar que porque un edificio es alto, cada uno de sus pisos son altos.
Afirmar que porque una obra literaria sea interesante, cada uno de sus capítulos lo son.
- El segundo tipo consiste en atribuir las propiedades de una clase o colección a cada uno de los miembros de la clase o elementos de la colección. También se confunden las cualidades que se atribuyen distributivamente con las que lo son colectivamente, consistiendo la falacia en afirmar que lo que es cierto de una clase colectivamente también lo es distributivamente.
Ejemplo: La afirmación “el hombre desciende del mono”.
Sólo puede ser verdadera considerada colectivamente, pues si se predicara distributivamente la propiedad de descender del mono, de cada uno de los hombres, esto sería falso (y ofensivo para algunos padres...)
Es natural que nos preguntemos cómo tales argumentos pueden engañarnos. Ante esto se podrían citar dos respuestas:
a) No siempre es obvio que una determinada argumentación constituye una falacia, ya que una larga discusión, podría fácilmente, llevarnos a la fatiga y perjudicar nuestra atención, pasando por inadvertidas la poca atinencia de la conclusión con respecto a las premisas.
b) El lenguaje no solo sirve para comunicar información, sino que puede despertar grandes emociones.
No hay un procedimiento específico que no permita evitar las falacias.
Por tratarse de razonamientos de carácter persuasivo, las formas, o mejor dicho, las grandes formas que pueden adoptar son muy sutiles.
Creo yo, como ha dicho el maestro Aristóteles, que todo aquel que tenga que argüir, debe conocer estos razonamientos viciosos, carentes de articulación lógica, no para utilizarlos, y enfermar así el lenguaje ; sino para estar prevenidos contra ellos cuando sea probable su utilización por el adversario.
6. Bibliografía
Gómez Astrid y Brueva Maria: "Análisis del Lenguaje Jurídico", Págs. 155-181, ED. de Belgrano. Bs. As., 1982.
Dra. Lubertino Maria: Apuntes para el primer parcial. ED. Empresa Centro. Bs. As., 1999.
Jiménez Felipe: Lecciones sobre las falacias lógicas. Notas del IES (Institute for the international Education of Students), U.S.A., 1999.