lunes, 24 de mayo de 2010

¿Cómo distinguir entre una crisis y el final de una relación?

¿Cómo distinguir entre una crisis y el final de una relación?


El amor no impide las crisis, pero sí puede convertirse en el principal elemento de apoyo, para buscarles una solución.

Del modo en que se superen los problemas dependerá que una pareja, refiriéndose a una etapa conflictiva, hable de una crisis más o la perciba como lo que fue el principio del fin.

La manera en que cada miembro de la pareja afronta ese periodo de problemas obedece a factores como la madurez emocional, la habilidad para gestionar los conflictos, la duración de la relación, las redes de que disponga o el momento personal en que se encuentre.

Miedo al cambio

 

No hay criterios fijos a los que recurrir determinar si una relación toca ya su fin.

Además, cuanto más duradera haya sido esa unión y cuando la ruptura afecte a más personas -los hijos son el argumento que muchas personas esgrimen para seguir conviviendo, a pesar de la crisis-, más difícil se hará tomar la decisión de romper. 

Podría decirse que el momento en el que una relación deja de aportar a los miembros de la pareja ese conjunto de elementos que la propició -afectividad y emoción, seguridad, disfrute sexual...-, se alcanza el punto de inflexión en el que se debe producir el cambio.

Reconocer si se está atravesando una época con dificultades graves o si estamos ante el principio del fin de la relación, deviene una tarea ardua para los miembros de la pareja, ya que inmersos en un sinfín de emociones, sentimientos y sensaciones, resulta difícil serenarse lo suficiente para hacer una reflexión tranquila que los conduzca a esclarecer en qué punto de la relación se encuentran. 

No es extraño que se produzcan autoengaños, más o menos conscientes, que surgen como resistencia al cambio, bien sea para replantearse la pareja y seguir adelante con cambios, bien para iniciar definitivamente una separación.

¿Simple crisis o separación?

En función del modo en que se afronte una crisis, de cómo se comporten los miembros de la pareja ante esa etapa, la unión saldrá reforzada o será la primera fase del fin.

Es decir, ante una fase conflictiva de la pareja la pregunta no es "¿es esto el fin?", sino "¿quiero que sea el fin?, ¿me interesa seguir con el compromiso que supone esta relación?". En definitiva, una mala racha será sólo una crisis si es superada, pero se convertirá en una separación si la unión acaba. 
La respuesta a algunas preguntas puede brindarnos pistas que nos ayudarán a tomar una decisión en esa difícil coyuntura: ¿Le amo? ¿Miramos juntos en la misma dirección, tenemos la misma meta? ¿Siento profundo interés por la otra persona? ¿La deseo? ¿Tengo confianza total en el otro? ¿y en la propia relación? ¿Reflexiono y me comprometo para ver qué puedo aportar a la otra persona y a nuestra relación para mejorarla?

En fase de crisis nuestro estado emocional se altera; por ello, tengamos presente el alcance de las decisiones, sobre todo si se opta por terminar con la relación.

No se separan dos personas, sino a veces una familia con hijos, todo un entramado de relaciones y amigos, de dependencias económicas, por lo que si la pareja se encuentra con frenos que impiden que la reflexión prospere, es conveniente acudir a un o una especialista en temas de pareja, que desbloquee la situación y habilite espacios para que la reflexión reúna las garantías deseables.

Introducirá equilibrio y establecerá un protocolo para ayudar a la pareja a decidir mejor.

Para fortalecer la pareja

Debemos utilizar o desarrollar estas habilidades:
  • Aceptar que nuestra vida es enteramente responsabilidad nuestra. No esperemos que el otro miembro de la pareja nos haga feliz. Nuestra felicidad depende, sobre todo, de nosotros mismos. No nos engañemos.
  • Saber que no tenemos que resolver la vida de la otra persona, buscándole soluciones, dándole consejos y marcándole las pautas de cómo debe vivir su vida.
  • Aprender a escuchar. Para ello debemos dejar lo que estamos haciendo, vaciarnos de otros pensamientos que distraigan nuestra atención e intentar colocarnos en su lugar para entender cómo se siente.
  • Aprender a dialogar. Nuestra opinión, forma de entender y de aprehender la realidad no son la verdad absoluta, sino sólo la nuestra.
  • Aprender a consensuar. Lo mío y lo tuyo han de ser tenidos en cuenta y debatidos para poder llegar a definir "lo nuestro".
  • Aprender a compartir. Darse el uno al otro: preguntar cómo se encuentra, qué le incomoda, qué quiere y desea.
  • Aprender a pedir. Mostrar nuestra vulnerabilidad es la mejor muestra de amor, ya que no se la enseñamos a cualquiera.
  • Dedicar tiempo específico para la pareja.
  • Compartir hobbies, tiempos lúdicos, fantasías e ilusiones, al igual que acompañar en los momentos tristes, duros y penosos.
  • Compartir la economía. Forma parte de la relación de pareja.
  • Aprender a utilizar los conflictos y las crisis, para aprender más de nosotros mismos, ver qué necesitamos y cuál es el dolor que suscitamos en nuestra pareja. Que sean trampolín de desarrollo y no de estancamiento que no lleva a ninguna parte. Hablemos cuanto sea necesario, para que el problema no quede enquistado. No hay mayor desastre que el silencio.
  • Mimar con orgullo a la pareja. El sexo, las caricias y el "te quiero" han de decirse, hay que explicitarlos. No valen los sobreentendidos.

Para desdramatizar una separación...

  • Se rompe la pareja, no toda nuestra vida personal.
  • Es un momento para afrontar cambios y riesgos, que nos alteran y convulsionan. Resulta recomendable pedir ayuda a personas competentes (amigas o profesionales), que -de forma incondicional- nos escuchen y acompañen en este trayecto, que puede (o no) ser duro.
  • Es una etapa de la vida que pasará, a la que seguirá otra u otras. No hay que aferrarse al pasado: eso significaría parar nuestra vida, y queda mucha por delante.
  • Como toda pérdida, tendrá sus fases: lloro, desconsuelo, incredulidad de que nos haya podido pasar, furia y rabia, necesidad de buscar culpables... Es normal que nos pase algo de esto, y así debemos asumirlo.
  • No todo es negativo. Podemos reflexionar (sin obsesionarnos) sobre lo perdido. Pero es mejor buscar lo positivo, lo que mejora en nuestra vida con la separación.
  • Hagamos balance autocrítico: cómo fue la relación, en qué fallamos nosotros... Así aprenderemos y evitaremos cometer esos errores en el futuro.
  • Hay que guardar lo bueno para, apoyándonos en ello, seguir adelante sin ira y cerrar capítulo. Pero sobre todo para poder abrir nuevo capítulo.
(Fuente: Revista Consumer Eroski)

    domingo, 23 de mayo de 2010

    El pensamiento de Osho sobre EMOCIONES LIBRES DEL MIEDO, LOS CELOS Y LA IRA "¿Qué Son Los Celos Y Porque Duelen Tanto? "



    EMOCIONES LIBRES DEL MIEDO, LOS CELOS Y LA IRA 
    (OSHO)


    ¿Qué Son Los Celos Y Porque Duelen Tanto?


    Hay personas que poseen la característica innata de saber expresarse a través de la palabra hablada, virtuosos de la elocuencia, que saben transmitir un mensaje claro, y que luego al ser transcripto, se convierte en textos de consulta, con los cuales en la mayoría de las veces se encuentra coincidencia,cuando se quiere expresar una opinión,ó establecer una reflexión sobre un tema concreto.
    Osho, es para mí, exactamente éso.
    Hay quien cree que los filósofos son charlatanes,pero ¿que sería de los métodos científicos sin la dialéctica?
    Disiento con muchas de las obras escritas de Osho  y con algunas de sus ideas,pero rescato, la claridad con que se explaya sobre algunos temas sobre la condición humana (salvando la distancia de la traducción)y su modo, a veces metafórico y en ocasiones muy directo.
    Este fragmento me resulta uno de los más logrados,tocante al tema que aborda.
    De fácil comprensión,directo y al punto.
    Espero que disfruten su lectura y que logren captar la intención del discurso.
    Hasta la próxima




    ¿Qué Son Los Celos Y Porque Duelen Tanto?

    Los celos son comparación.
     Y nos han enseñado a comparar, nos han condicionado a com­parar, siempre comparar.
    Alguien tiene una casa mejor, un cuerpo más boni­to, más dinero, una personalidad más carismáti­ca.
    Comparar.
    Comparad a cualquiera que pase junto a vosotros, y el resultado que obtendréis será de grandes celos; es la consecuencia del condicionamiento para la comparación.Si dejáis de comparar, los celos se desvanecen.
    Entonces simplemente sabéis que sois vosotros, no sois otra persona, algo para lo que no hay nece­sidad.
    Es bueno que no os comparéis con los árboles, de lo contrarío empezaríais a sentiros muy celosos: ¿por que no sois verdes?
    ¿Por qué Dios ha sido tan duro y no os ha dado flores?
    Es mejor que no os comparéis con los pájaros, con los ríos, con las montañas: en ese caso sufriríais.
    Solo os comparáis con los seres humanos, por­que habéis sido condicionados a compararos úni­camente con los seres humanos; no os comparáis con los pavos reales ni con los loros.

    Pues en ese caso vuestros celos no dejarían de crecer, os abrumarían tanto que ni siquiera seríais capaces de vivir.
    La comparación es una actitud muy necia, porque cada persona es única e incomparable.
    Una vez hayáis entendido esto, los celos desapa­recen.
    Cada uno es único e incomparable.
    Vosotros simplemente sois vosotros, nadie ha sido jamás como vosotros, y nadie lo será nunca.
    Y tampoco necesitáis ser como otra persona.
    Dios solo crea originales; Él no cree en fotocopias.
    El sexo crea celos, pero es una cosa secun­daria.
    De modo que no se trata de cómo librarse de los ce­los, no podéis libraros de ellos porque no podéis dejar el sexo.  
    La cuestión es cómo transformar el sexo en amor, entonces los celos desaparecen.
    Si amáis a una persona, el mismo amor es suficiente garantía, suficiente seguridad. Si amáis a una per­sona, sabéis que no puede ir junto a otra.
    Y si lo hace, pues lo ha hecho; no se puede impedir
    ¿Qué podéis hacer?
    Podéis matar a esa persona, pe­ro una persona muerta será de poco uso.
    Cuando amáis a una persona, confiáis en que no puede irse con cualquiera.
    Si lo hace, no hay amor y no se puede remediar.
    El amor aporta esta comprensión.
    No hay celos
    De modo que si se presentan los celos, sabed bien que no hay amor.
    Estáis en un juego, ocultáis el sexo detrás del amor.El amor es una palabra pintada, la realidad es el sexo.
    La sociedad ha explotado al individuo de tantas maneras que casi resulta imposible de creer.
    Ha creado artimañas tan inteligentes y astutos que es casi imposible incluso detectar que se trata de artimañas.
    Estas artimañas están para explotar al individuo, para destruir su integridad, para arrebatarle todo lo que tiene... sin siquiera despertar una sospecha en él, ni una duda sobre lo que le están haciendo.
    Los celos son una de esas artimañas tremendamente poderosas.
    Desde la misma infancia toda sociedad, toda cultu­ra, toda religión nos enseña a todos a comparar.
    Los celos son uno de los más grandes artilu­gios.
    Analizadlos detenidamente: ¿qué significan?
    Vivir en comparación.



    Alguien está por encima de vosotros, alguien está por debajo.
    Siempre os encontráis en el escalón intermedio de la escalera.
    Quizá la escalera sea un círculo, ya que nadie le en­cuentra fin.
    Todo el mundo está atrapado en alguna parte en el medio.
    La escalera parece ser una rueda.
    Alguien está por encima de vosotros... eso duele.
    Eso os mantiene luchando, afanándoos, tratando de avanzar por todos los medios, porque si tenéis éxito, a nadie le importa si habéis triunfado de un modo bueno o malo. El éxito demuestra que tenéis razón; el fracaso demuestra que estabais equivocados.
    Lo único que importa es el éxito, así que cualquier medio servirá.
    El fin hace que los medios sean los correctos. De modo que no debéis preocuparos por los me­dios... nadie lo hace.
    Lo único que importa es subir en la escalera.
    Pero jamás alcanzáis su fin.
    Y quienquiera que esté encima de vosotros os crea celos, ya que esa persona habrá triunfado y vosotros habréis fracasado.
    Las conclusiones a priori os hacen cre­yentes, no científicos.
    Cuando os digo que meditéis en ello, quiero decir que miréis.
    Sed un científico en vuestro mundo interior.
    Dejad que la mente sea vuestro laboratorio, y ob­servad... sin condena, recordadlo.
    No digáis: «Los celos están mal». ¿Quién lo sabe?No digáis: «La ira está mal». ¿Quién lo sabe?
    Sí, lo habéis oído, os lo han contado, pero eso es lo que dicen los demás, no es vuestra experiencia.
    Y tenéis que ser muy existenciales, experimentales: a menos que vuestro experimento lo demuestre, no debéis decir sí o no a nada.
    Debéis ser absolutamente imparciales
    Y entonces observar los celos, o la ira o el sexo es un milagro.
    ¿Qué pasa cuando observáis sin emitir ningún juicio?
    Empezáis a ver la verdad.
    Los celos se vuelven transparentes: veis su estupidez, veis su necedad
    No es que ya habéis decidido que es estúpido; si lo habéis lecho, no habéis entendido nada.
    Recordadlo: no digo que decidáis que son estúpi­dos, que son una necedad.
    Si lo decidís, no lo entendéis.
    Simplemente continuad sin ninguna decisión.
    ¿Qué son estos celos?
    ¿Qué es esta energía llamada celos? Y observadla como observáis una rosa... mirad en su interior. Cuando no hay conclusión, vuestros ojos están claros; la claridad sólo la consiguen aquellos que no tienen conclusiones. Observad, mirad en su interior y se volverán transparentes, y llegareis a saber que son estúpidos. Y conociendo su estupidez, se caen por si solos. No necesitáis libraros de ellos.
    Ni siquiera podéis ver a la otra persona sien­do feliz con alguien por un minuto... pensáis que ¡podéis morir por la otra persona!
    Intentad ver lo que realmente hay en vosotros para la otra persona ... y los celos desaparecerán.
    En la mayoría de los casos con los celos, vuestro amor también desaparecerá.
    Pero es bueno, porque ¿qué sentido hay en sentir un amor que está lleno de celos, que no es amor?
    Si los celos desaparecen y, el amor permanece, en­tonces tenéis algo sólido en la vida que vale la pena.
    Los celos son una de las áreas más frecuentes de la ignorancia psicológica sobre vosotros mismos, sobre los demás y más específicamente so­bre las relaciones.
    La gente cree que sabe lo que es el amor, y no lo sabe
    Y su malentendido crea celos.
    Por «amor» se refiere a una cierta clase de monopo­lio, de ganas de poseer sin comprender una simple verdad de la vida: que en cuanto poseéis a un ser humano, lo habéis matado.La vida no se puede poseer.
    No podéis tenerla en vuestro puño.
    Si queréis tenerla, debéis mantener las manos abiertas.

    ¿Qué os pone Celosos?
     
    Los celos en sí mismos no son la raíz.
    Amáis a una mujer, amáis a un hombre; queréis po­seerlos solo por miedo a que mañana puedan irse con alguna otra persona.
    El miedo al mañana destruye vuestro hoy, y es un círculo vicioso.
    Si cada día es destruido por el miedo al mañana, tarde o temprano el hombre va a ponerse a bus­car a otra mujer porque os convertís en un incor­dio, y cuando lo haga o decida irse a vivir con otra mujer, pensaréis que vuestros celos han de­mostrado tener razón.
    De hecho, son vuestros celos los que han creado toda la situación.
    Así que lo primero que hay que recordar es: no os preocupéis por el mañana; el hoy es sufi­ciente.
    Alguien os ama... dejad que sea un día de júbilo, de celebración.
    Estad tan enamorados hoy que vuestra totalidad y amor bastarán para que el hombre no se aleje de vosotras.
    Vuestros celos lo alejarán; solo vuestro amor puede retenerlo a vuestro lado.
    Sus celos os alejarán; su amor puede reteneros con él.
    No penséis en el mañana. 
    En cuanto penséis en ma­ñana vuestro hoy vivo permanece a medias.
    Simplemente vivid el hoy y olvidaos del mañana, que seguirá su propio curso. 
    Y recordad una co­sa, que si el hoy ha sido una experiencia tan be­lla, una gran bendición... del hoy nace el maña­na, así que ¿por qué preocuparos?
    Si algún día el hombre al que habéis amado, la mujer a la que habéis amado, encuentra a otra persona... es simplemente humano ser feliz, pe­ro vuestra mujer es feliz con otro...
    Da igual que sea feliz con vosotros o con otro, es feliz.
    Y si la amáis tanto, ¿cómo podéis destruir su feli­cidad?
    Un amor verdadero siempre será feliz si la pareja se siente jubilosa con otra persona. 
    En esa situa­ción, cuando una mujer está con otro, y vosotros seguís siendo felices y le estáis agradecido y le decís a ella:
    «Tienes libertad absoluta; sé totalmente feliz, esa es mi felicidad. 
    No importa con quién seas feliz, lo que importa es tu felicidad», creo que no podrá permanecer mucho tiempo lejos de vosotros, re­gresará.
    ¿Quién puede abandonar a semejante hombre o mujer?
    Vuestros celos lo destruyen todo.
    Vuestro anhelo de posesión lo destruye todo.
    Se trata de un problema universal, y no pue­de solucionarse, solo se puede trascender.
    La gente intenta solucionarlo. Crea más problemas; eso es lo que se está haciendo en todo el mundo.
    Estos problemas “los celos, la posesión”, en realidad no son problemas, sino síntomas, sínto­mas de que aún no sabéis lo que es el amor.
    Damos por hecho que sabernos lo que es el amor, y que entonces es cuando surge el problema de los celos. 

    No es así. 
    El problema surge porque el amor todavía no está presente, sencillamente muestra que el amor aún no ha llegado, muestra la ausencia de amor.
    Así que no podéis solucionarlo.
    Todo lo que necesitáis es olvidaros de los celos. porque se trata de una lucha negativa. 
    Es luchar con la oscuridad; carece de sentido. 
    En su lugar, encended una vela. 
    Eso es el amor. Una vez que el amor empieza a fluir, los celos y el afán de po­sesión y todo eso dejan de existir. 
    Os sorprende adónde habrán podido ir, ya que no conseguís encontrarlos. 
    Es como cuando encendéis una ve­la, podéis poneros a buscar la oscuridad en la ha­bitación, que no vais a dar con ella. 
    Incluso buscáis con una luz y no lográis encontrarla. 
    No podéis encontrarla con una luz porque ya no está ahí, simplemente se trataba de una ausencia de luz.
    Los celos son ausencia de amor.
    Mi enfoque es: ni os molestéis con los ce­los, de lo contrario, os meteréis en una trampa de la que nunca podréis salir.
    ¡Olvidadlos! Son sintomáticos e indicativos.
    Es bueno que indiquen algo: es una señal de que el amor aún no ha tenido lugar. 
    ¡Es bueno!
    Aprended algo de ellos, fijaos en ellos y empezad a moveros hacia el amor.
    Disfrutad más del amor y habrá menos celos.
    Deleitaos más, en el amor y todavía habrá menos celos.
    Dejad que vuestro amor se convierta en una totali­dad, una locura.
    Dejad que tenga intensidad y en esa intensidad los celos arderán.
    Un amante de verdad jamás ha sabido lo que son los celos.
    Así que no os diré que empecéis a hacer algo sobre los celos; no, en absoluto. 
    Dadle las gracias por­que simplemente muestran algo que ha de suce­der que todavía no ha sucedido.
    Dedicad más energía al amor.
    En vez de dedicar energía a analizar los celos y luchar contra ellos, poned más energía en el amor. 
    De lo contrario os distraerá: empezaréis a se­guir a los celos, y eso es un desierto.
    Nunca llegaréis hasta el final.
    Ahí es donde se ha atascado todo el psicoanálisis: confunde los síntomas con los problemas y luego se concentra en penetrar en esos síntomas, en analizarlos.
    Podéis continuar pelando la cebolla, podéis seguir sin parar, una capa tras otra, y otra tras otra.
    ¿Habéis tratado con una persona que realmente esté psicoanalizada?
    No existe nadie en la Tierra cuyo psicoanálisis se haya completado.
    ¡Es imposible! Podéis ir al psicoanalista un año tras otro, y siempre habrá algo que tendréis que ex­plorar.
    Es una dirección estéril, os lleva hacia los costados.
    ¡Id en línea recta hacia el amor!
    Mi sugerencia es: haced que el amor sea una gran celebración.
    Destinad toda vuestra energía a ello, sin pensar en el futuro.
    Mientras estéis enamorados de alguien, no os con­tengáis.
    Si os contenéis, al instante eso se convertirá en ce­los, si os entregáis por completo cuando hacéis el amor, sin reservaros nada, si os encontráis abso­lutamente perdidos en ello, todo vuestro cuerpo y ser se vuelven orgásmicos; sois salvajes, gri­táis, cantáis y lloráis y reís, y sentiréis que de la nada surge una paz tal que nada os podrá dis­traer, nada podrá perturbaros.
    Haced que el amor sea un festejo y todo eso des­aparecerá.
    Los celos no tienen nada que ver con el amor. 
    De hecho, vuestro así llamado amor tampoco tie­ne nada que ver con el amor. Se trata de palabras her­mosas que utilizáis sin saber qué significan, sin expe­rimentar su significado.
    No dejáis de emplear la palabra «amor». 
    La usáis tanto que olvidáis el hecho de que aún no lo habéis experimentado.
    Es el peligro que se corre al emplear palabras tan bonitas: «Dios», «amor», «oración». 
    No dejáis de emplearlas, de repe­tirlas, y al final esa misma repetición hace que sintáis como sí las conocierais.
    ¿Qué sabéis sobre el amor? 
    Si supierais algo, no podríais formular esta pregunta, porque los celos jamás están presentes en el amor. 
    Y siempre que los celos están presentes, el amor no lo está. Los celos no son parte del amor, sino de la pose­sión.
    La posesión no tiene nada que ver con el amor. 
    Vos­otros queréis poseer.
    A través de la posesión os sentís fuertes: vuestro te­rritorio es mayor.
    Y si otro intenta entrar en vuestro territorio, os en­colerizáis.
    O si alguien tiene una casa más grande que vos­otros, os sentís celosos.
    O si alguien intenta desposeeros de vuestra propiedad, os ponéis celosos y os encolerizáis.
    Si amáis, los celos son imposibles; no son en abso­luto posibles.
    Habláis mucho sobre la fealdad de los celos.
    «Sí, son feos ... » 
    No, no lo sabéis.
    Simplemente repetís lo que yo he estado diciendo.
    Si supierais que son feos, con ese mismo conoci­miento desaparecerían. 
    Pero no lo sabéis.
    Me habéis escuchado, habéis escuchado a Jesús, habéis escuchado a Buda y habéis escuchado opiniones.
    Pero no lo sabéis.
    No sale de vuestra propia sensa­ción que los celos son feos. 
    De lo contrario, ¿por qué los sentiríais?
    No es algo fácil. Requiere un gran compromiso.
    Los celos son como una roca... muy grandes. El afán de posesión es como una roca... es puro veneno.
    El amor queda destruido, aplastado, frag­mentado. Y esos monstruos están dominando a la gente. 
    El amor debe ser liberado de esos monstruos. 
    La única manera es matando la raíz que los causa.
    Si podéis destruir los celos, matadlos, y veréis que de vosotros surgen unas energías hermosas.
    El amor se vuelve tan fácil si podéis destruir los celos; en caso contrario, los celos destruyen el amor. 
    Si destruís el odio, de pronto tenéis tanto amor que os volvéis incondicionales. 
    No os moles­táis en preguntaros si la persona es o no digna de amor. 
    ¿Quién se molesta cuando tiene tanto para dar? 
    Simplemente dais y os sentís agradecidos de que la otra persona haya aceptado.


    Y en cuanto Adán y Eva hubieron comido del árbol del conocimiento, él los expulsó del cielo, fuera del paraíso, por el miedo a que entonces probaran el otro árbol. 
    Y en cuanto comieran del otro árbol se volverían inmortales, serían como dioses. 
    Eso significa que Dios se sintió celoso. 
    Se han vuelto a medias como Dios porque ahora saben, no son más inmortales porque entonces no habría diferencia entre dios y ello: sabrían, Dios sabe; serían inmortales, dios es inmortal. 
    De modo que unos grandes celos surgieron en la mente de Dios. Fue por celos que resultaron expulsados del paraíso. 
    Este no es un concepto muy sano de Dios.
    Vuestros dioses no pueden ser diferentes de vosotros.
    ¿Quién los crearía?
    ¿Quién les daría forma y color? Vosotros los creáis, vosotros los esculpís; poseen ojos y nariz como vosotros, ¡mentes como vosotros!
    El Dios del Antiguo Testamento dice:
    «¡Soy un Dios muy celoso!».
    ¿Quién ha creado a ese Dios que es celoso? 
    Dios no puede ser celoso. 
    Y si lo es, entonces, ¿qué tiene de malo ser celoso?
    Si hasta Dios lo es, ¿por qué creeríais que hacéis algo malo cuando sentís celos? 
    Entonces los celos son divinos.

    Los celos significan que otra persona tiene más que vosotros. Y es imposible ser el prime­ro en todo.Puede que tengáis la máxima fortuna económica del mundo.
    Pero quizá no tengáis una cara hermosa. Y un men­digo os puede poner celosos... su cuerpo, su cara, sus ojos... y estáis celosos.
    Un mendigo puede hacer que un emperador sienta celos.Toda vuestra vida habéis sido celosos. ¿Qué habéis aprendido de ello?
    Si no aprendéis de esas experiencias, tendréis que repetir otra vez vuestra vida.
    Aprended de todas las experiencias, pequeñas o grandes. Siempre que estáis celosos, os encontráis en un fuego, el corazón os arde... y sabéis lo que os hacéis a vosotros mismos. Sabéis lo equivocado que es, pero solo lo sabéis por que otros lo dicen. No es propia comprensión, vuestra propia percepción. Dejad que sea vuestra percepción, para que la próxima vez que surja la situación de estar celosos podáis reíros de ella; para que la próxima vez no os comportéis con el mismo y viejo patrón. Podéis salir de ese patrón.
    Casi todas las religiones del mundo están en el mismo barco. Dicen: «No deberías estar enfadado».
    Pero ¿cuál es el camino? La ira está ahí.
    «No deberías estar celoso».
    Pero ¿cuál es el camino para deshacerse de los celos?
    «No deberías ser competitivo».
    ¡Falsos mandamientos!
    Es hermoso estar en silencio, pero, ¿dónde está la meditación que os trae el silencio?
    «No deberías estar celoso»...
    Pero ¿dónde está la comprensión de que cuando tenéis celos se esta quemando vuestro propio co­razón?
    No le hacéis daño a nadie salvo a vosotros mismos,
    Cómo podéis deshaceros de la competitivi­dad... ya que todos enseñan: «No seas competi­tivo», y por otro lado te dicen: «Sé algo». Te dan ideales: «Sé como Jesucristo». 
    Pero hay millones de cristianos; tendréis que competir. 
    Te dicen: «No seas celoso», pero obligan a la gente a serlo, ya que atan a un hombre con una sola mujer. 
    Cuando el amor desaparece y la primavera se ha terminado, entonces el hombre comienza a encontrar salidas ocultas... y la mujer también.
    ¿Quién os ha dicho que estéis celosos de al­guien que es más inteligente, de alguien que es más fuerte, de alguien que es más rico?
    ¿Por qué habéis elegido ser celosos? Vuestros ce­los solo destruirán innecesariamente vuestra energía. 
    En vez de estar celosos, averiguad qué podéis hacer con vuestra energía, qué podéis crear.

    viernes, 21 de mayo de 2010

    Actividad cerebral, ondas y la música: Dime que escuchas y te diré qué esperar de tí....


    Actividad cerebral, ondas  y su relación con la música.


    En el post anterior se desplegó extensamente este item, no obstante, aqui va un resumen a modo de introduccion
    La actividad cerebral, que se calcula en hertz (Hz) o en ondas (bandas de Hz), varía considerablemente.
    Las ondas delta (0,5 a 4 Hz) corresponden al dormir profundo sin sueño; las ondas theta (de 4 a 7 Hz) a la relajación profunda; las ondas alfa (de 8 a 13 Hz) a la relajación ligera o al despertar tranquilo; las ondas beta (14 Hz y más) a las actividades corrientes así como, curiosamente, a los períodos de dormir teniendo sueños.
    Las ondas gamma (por encima de 30-35) darían prueba, ellas, de una activación de neuronas excepcional, tal como se la encuentra durante los procesos de creación y resolución de un problema.
    Estudio del sonido para la inducción de estados modificados de conciencia

    El estudio del sonido para la inducción de estados modificados de conciencia, se inició el 1956 por parte de Robert Monroe, psiconauta pionero en el estudio de las experiencias extracorpóreas (viaje astral).
    Monroe estudió el efecto del sonido para la obtención del máximo efecto sobre los ritmos cerebrales, llevando a cabo investigaciones con sonidos de frecuencias afines a las del celebro humano.
    Monroe se encontró con el problema básico que los sonidos de estas frecuencias pertenecen a la gama de infrasonidos, haciéndose complicada su utilización.
    Pero el Dr. Gerald Oster (biofísico norteamericano) en los principios de los setenta descubrió que si estimulamos los dos oídos simultáneamente y por separado con dos frecuencias levemente distintas, el cerebro percibe un "pulso binaural", cuya frecuencia es igual a la resta de las frecuencias iniciales.
    Por ejemplo si el oído derecho lo estimulamos con una frecuencia de 500 Hz. y el izquierdo con otra de 510 Hz., se producirá un pulso de 10 Hz.
    Esta técnica demostró otro importante efecto.
    Al enviar cada oído su señal nerviosa dominante al hemisferio cerebral opuesto - cada hemisferio cerebral rige la mitad opuesta del cuerpo, hemisferio derecho rige la parte izquierda del cuerpo y el hemisferio izquierdo rige la parte derecha del cuerpo- los hemisferios actuaban al unísono.
    El sonido se transmutaba en una señal eléctrica que sólo puede ser creada por ambos hemisferios funcionando al unísono.

    La Música y su profunda relación con las ondas cerebrales y los EAC

    Para poder fundamentar y ser entendido en esta atípica clasificación que planteo como profano, sin siquiera saber leer una pauta musical, tengo argumentos subjetivos y objetivos que no todos comparten y a varios pueden molestar.
    Señalo:
    Somos regidos por la mente que orienta el trabajo cerebral y permite su desarrollo el que a su vez favorece una mayor expresión mental.
    La mente posee partículas sutiles y densas, lo denso son reminiscencias del pasado primitivo que nos liga a lo material, lo sutil nos invita al futuro de Hombre Nuevo que se logrará ser.
    Todo estímulo que detectan los sentidos, por la vía nerviosa llega al Cerebro o estación de tránsito que da el paso de ellos a la mente sin ser el cerebro la fuente de la respuesta a los mismos.
    Cada estímulo es recibido en una precisa área cerebral que activa portales de salto cuántico dimensional que hacen llegar el estímulo a la mente donde es elaborado y retorna su respuesta al cerebro por los mismos portales dimensionales.
    Entonces entra el cerebro en función para que el organismo responda.
    El proceso es casi instantáneo por ocurrir a la velocidad del pensamiento.
    La mente consciente es la fuente de los pensamientos y la mente subconsciente es la depositaria y administradora de la Fuerza Vital que permite al cerebro y cada célula del organismo ser.
    La música es la excepción a esta regla pues con su resonancia recibida en el órgano de Corti del oído interno, que cuenta con 35.000 "teclas" o altamente especializados filetes nerviosos destinados a recibir el sonido musical que, por la vía sensitiva auditiva llega al cerebro y, según sea su vibrato lo pone en específica vibración primaria activando su ritmo cerebral, ritmo cuyo ciclo es diferente entre el hemisferio derecho y el izquierdo.
    Según sea la calidad tonal musical, una música bloquea al cerebro derecho y lleva al caos al izquierdo, otra música armoniza ambos hemisferios cerebrales con su ritmo ideal de funcionamiento.
    Entre los dos extremos musicales hay melodías con efectos cerebrales intermedios.
    Al quedar en resonancia el cerebro mientras se está escuchando la música, deja abiertos los portales de salto cuántico con la mente que se encuentran estimulados, lo que, además de hacer llegar el estímulo musical a la mente facilita la respuesta mental de retorno, ya sea positiva o negativa, acorde con la calidad del estímulo al que la mente responde de acuerdo con el desarrollo cerebral que se tenga y vibración sutil o densa del estímulo que se recibe.
    Si se bloquea al cerebro derecho se frena la inspiración, el discernimiento, la creatividad elevada y los valores ético-morales humanos.

    Lo contrario ocurre cuando la música hace vibrar al cerebro derecho en su ritmo ideal de 10 ciclos por segundo, elevando la mente hacia la Esfera Superior de Consciencia, siendo mejorados en su vivencia la inspiración, el discernimiento, la creatividad elevada y los valores ético morales humanos que favorecen su expresión por estar el cerebro derecho vibrando en su ritmo óptimo, lo que además facilita el fluir de la Fuerza Vital.

    Al vibrar por la música el hemisferio cerebral izquierdo en su ciclo ideal de 15 ciclos por segundo quedan los portales abiertos para el paso del Mejor Pensar. Fuerza Vital y el Pensamiento Positivo son poderosos inductores para el desarrollo cerebral.

    Por el contrario, un ritmo de 30 ciclos o más frena el acceso del Pensamiento Positivo y deja el libre paso al pensamiento basura que en un 70% diario de promedio nos caracteriza.
    Por último, la música delirante, patológica y estridente tan de moda, lleva al caos cerebral por estimular en el cerebro un ciclo por sobre los 40 por segundo, estímulo que daña los portales cerebrales de salto cuántico y las neuronas, favorece la expresión primitiva mental, estimula lo alienante e idiotiza al adicto a esa música, el que a su vez es estimulado a otras dañinas adicciones.


    Anatomía y Fisiología Acústica

    La onda sonora es recepcionada por el pabellón de la oreja y llega al Órgano de Corti del oído interno donde es transformada en bioelectricidad que por la vía auditiva alcanza a específicas áreas cerebrales que son estimuladas por esta bioelectricidad y, previo pasar la información a la mente activan la vibración de neuronas alfa y neuronas beta.
    El órgano de Corti del oído interno, posee 35.000 "teclas", 5.000 para cada nota de la escala musical.
    La música, la inspirada tiene el don de estimular el ritmo cerebral alfa de 10 ciclos por segundo y el beta de 15 ciclos.
    El otro extremo musical negativo lleva al caos cerebral con un ritmo por sobre los 40 ciclos, con daño neuronal.
    Pues bien, sobre esta objetiva base además avalada por los resultados logrados en el laboratorio con experimentos realizados para comprobar los efectos de la música selecta y la música densa estridente en animales, peces y plantas, con sorprendentes resultados .
    Esto originó un clasificación musical, sin elegirla por gusto estético,o musical propiamente dicho, sino estrictamente en relación al efecto de las ondas sobre el cerebro.
    Clasificación Musical

    Música popular vulgar:

    Paraliza los electrones de los microtúbulos alfa cerebrales bloqueando la conexión mente-cerebro derecho. Estimula al izquierdo en 30 ciclosdaña cerebralmente pero en nada ayuda al Mejor Pensar, es más, estimula al pensamiento basura.
    Música popular estridente densa
    Refleja el alterado estado mental del compositor. Apaga al cerebro derecho, bloquea la mente sutil y estimula las neuronas beta por sobre los 40 ciclos con caos cerebral Es adictiva, su reiteración daña a neuronas y microtúbulos. Lleva a la adicción a drogas que refuerzan la idiotización con daño cerebral irreversible. Es un latente PELIGRO.
    Música popular inspirada
    El compositor entra en estado de Inspiración y su creación armoniza al cerebro, favoreciendo el Mejor Pensar con mejores sentimientos y mayor creatividad.
    Música selecta densa sustentada en bajas emociones
    No se pone en duda la calidad artística del compositor que en parte de obra refleja sus serios conflictos internos cuya melodía apaga al cerebro derecho, estimula en el izquierdo un ritmo de 30 ciclos o más, lo que favorece el alejamiento de la realidad interior y aparta del Despertar Mental. Es peligrosa por alejar de lo moral propio de la emisión de pensamientos basura que en la mente estimula hacia lo sin valores éticos y morales de la vida.
    Música selecta cerebral:
    Tampoco se pone en duda la calidad artística del compositor, su racionalidad está por sobre la sensibilidad e inspiración, creando una melodía que hace olvidar lo espiritual y en nada beneficia para el Ascenso en la Escala del Ser.
    Música selecta inspirada con pausas distractivas
    Son creaciones de genios musicales que, en ocasiones se salen de la inspiración dejando pausas distractivas que sacan de la interiorización lograda. Estimula a la armonía cerebral y ayuda al Mejor Pensar, pero no es lo óptimo.
    Música selecta inspirada
    Beneficios de la música inspirada:

    La música inspirada en general es esencial para crear ambientes de estudio gratos y motivar el aprendizaje.
    Sabemos que la música barroca de movimiento largo y en clave mayor tiene los mejores efectos en la relajación y, como lo postulo desde hace unos años, a manera de complemento para la meditación.
    La música barroca sincroniza la armonía en el funcionamiento de la respiración, los latidos del corazón y las ondas cerebrales.
    Induce en los alumnos un estado relajado, manteniéndolos en estado receptivo y alerta.  
    En este sentido, el ritmo, el tono, el sonido, la melodía  de la música tienden a relajar a los estudiantes.
    Hoy se sabe que la mayoría de la información que se aprende es almacenada en el subconsciente mental. 
    Hay serios investigadores que afirman que una gran cantidad de información se aprende mejor subconscientemente, lo cual sucede al estudiar, trabajar o relajarse escuchando música barroca para cuerdas.

    Se logra un estado de ‘consciencia relajada’ lo que facilita la inspiración creativa, la asimilación rápida de los hechos y activa la memoria superior.El ritmo alfa cerebral logrado de 10 ciclos por segundo además de relajar potencia la autoestima, autoaceptación, tolerancia, comprensión y empatía.
    Investigadores dedicados al estudio de las ondas cerebrales concluyen que la música barroca estimula las ondas asociadas a la relajación de alerta en descanso y a la sensación de calma y tranquilidad, lo que representa una gran ayuda para el estrés. Los científicos K. Haray y P. Weintaub recomiendan que para lograr un profundo estado de paz y tranquilidad es menester escuchar música barroca.


    Bibliografia consultada: 
    "Personal Clasificación Musical-" Dr. Iván Seperiza Pasquali-Quilpué, Chile- 
     " Vademecum de las Frecuencias"-Vademecum de la Inducción cerebral-





     

    Actividad cerebral, ondas y la música:
    Dime que escuchas y te diré qué esperar de ti..

    En otras publicaciones se describe con mayor amplitud toda la gama de ondas cerebrales, vinculadas al sonido y su habilidad de inducir diferentes estados de conciencia.
    Así, es como hay determinadas ondas que actúan positiva y negativamente, sobre el cerebro y determinadas áreas del mismo, que a su vez influyen sobre distintos sectores corporales, la música, desde el punto de vista de onda sonora, puede inducir determinados estados que pueden situarse desde la melancolía a la euforia, si se busca un efecto consecuente, o en casos como la búsqueda de estados intermedios para ejercicios de relajación, de concentración, o inducción al sueño.
    Existen melodías, no sólo barrocas como sugiere el artículo más arriba escrito,que se caracterizan por su suavidad, su claridad, o que se acompañan con sonidos de la naturaleza, como el de una cascada, los truenos de una tormenta, el sonido de la lluvia, o el viento de montaña, que suelen inducir a un estado de relajación.
    Algunos autores de estos estilos, han ido más lejos y han incorporado ondas alfa, dentro de sus melodías para lograr un estado más elevado de relajación ó concentración.
    Es obviamente, este último material musical, lo que me inspiró a buscar, las fuentes por las que estos autores, decidieron incluir estas innovaciones y traté de conseguir información sobre la inducción cerebral, la hipnosis,y las técnicas de relajación con respecto a la música.
    En dicha búsqueda, también hallé fuera de esta música en particular, los efectos que podía inducir la música no orientada a los ejercicios de meditación, la llamada popular por lo cual quise compartir este punto, que a decir verdad no era el objetivo primero, pero que por interesante, me pareció coherente publicarlo.
    A continuación, les comparto uno de los tantos videos musicales que se pueden encontrar en Youtube y en otros sitios similares, de música para relajación con el agregado de ondas alfa.
    Este un tema de Paul Collier ( mi favorito), cuyo canal en Youtube se especializa en esta clase de música.