ESTRATEGIAS POSIBLES PARA LA INTERVENCIÓN PSICOTERAPÉUTICA EN EL ANCIANO
(Manuel Corbera Almajano)
El objetivo primario del profesional de salud mental con una pareja de ancianos es
mantener su capacidad de cuidado mutuo (y, por tanto, mantenerlo dentro de su red social
evitando la institucionalización) y la capacidad de cambio de la pareja (Navarro-Góngora J,1992).
Veamos dos propuestas de programas recogidos en la bibliografía:
1) Programa Para La Creación De Redes Sociales Con Ancianos Institucionalizados
La institucionalización del paciente anciano conlleva una transformación de su red social.Toda su red primaria (amigos y familiares) suele estar mermada e incluso destruida por muertes y enfermedades. La dirección de la comunicación entre el anciano residente y su red (tanto primaria como institucional) suele ser unidireccional, de forma que al anciano recibe pocas oportunidades de responder, por lo que suele tener dificultades en contactar con su red e incluso en hacer llegar sus deseos a sus familiares y a los profesionales de la institución.
Finalmente, la red del residente se caracteriza por un bajo grado de permanencia de los profesionales que la componen, de los amigos y de otros residentes, con la consiguiente dificultad para establecer relaciones referenciales mantenidas.
Los objetivos de la intervención deberán ser:
- Aumentar la capacidad de apoyo mutuo de la red ya existente.
- Crear nuevas redes de apoyo entre los residentes para una acción social, para ampliar las posibilidades de expresar su creatividad y para aumentar el bienestar de todos ellos.
Procedimiento: el programa busca producir cambios en los siguientes aspectos:
a) Forma de ingreso en la institución: previamente a que el anciano ingrese en la
institución ha de fomentarse un conocimiento previo de su naturaleza, de sus servicios y de su funcionamiento, con el fin de hacer menos traumático el tránsito a la institución.
b) Grupos familiares: crear grupos compuestos por familiares de los residentes con los
objetivos de: clarificar las características de la institución; definir su propio rol en relación con la institución y con los residentes; y mejorar la comunicación con la institución.
c) Creación de grupos de residentes para mejorar la relación entre las partesimplicadas (profesionales y residentes, familias y residentes, y familias y profesionales.
d) Consejo de residentes: un grupo cuya misión es definir, conjuntamente con la
dirección, las líneas de acción de la institución con respecto a los residentes.
e) Contribución de los residentes a la comunidad: desarrollar nuevos vínculos con la comunidad aprovechando la experiencia previa del anciano, como trabajo en las
guarderías, impartición de clases, etc.
Con este proyecto se pretendía dar respuesta a las necesidades de los ancianos residentes (lo cual era su preocupación central), colaborar con los miembros de la institución para explorar y resolver problemas, crear un clima que permitiera resolver las diferencias, cambios en la política y en los servicios de la institución, contribuir a que los administradores conocieran las necesidades sociales y emocionales de los ancianos y mantener las redes ya establecidas.
2) Programa Para El Trabajo Con Familias De Ancianos
Los objetivos de trabajo de este programa son aquellas cuatro áreas de la tercera edad en las que suelen aparecer problemas:
- La salud física.
- La vida de los hijos: acontecimientos como un divorcio o la pérdida del trabajo, que
pueden repercutir de forma muy negativa en la vida de los ancianos.
- Los cambios en el contexto socio-cultural: los ancianos actuales han tenido que adaptarse a profundos y rápidos cambios socio-culturales. A veces la ayuda que solicitan refleja sus necesidades de adaptación desde las ideas y la mentalidad heredada de sus padres, con la cual han vivido siempre, a las contingencias del mundo moderno.
- Interjuego entre el individuo y el sistema familiar, entre el conjunto de reglas
familiares y el sistema de creencias del individuo.
Para llevarlo a cabo se evalúan tres áreas de funcionamiento:
- Competencia conductual: información sobre la salud física, posibilidades de
mantener una independencia económica.
- Calidad percibida de la vida.
- Bienestar psicológico: satisfacción por la vida que se lleva, moral alta/baja…
- Entorno objetivo: vivienda, amistades (red social), equipamiento social del lugar en el
que se vive, etc.
A la hora de planificar cuidados a largo plazo es preciso tener en cuenta las necesidades de ayuda que tendrá el cuidador primario del anciano, las fuentes de ayuda oficiales e informales que existen y las preferencias del paciente.
En el caso de los ancianos resulta fundamental trabajar con una información muy precisa sobre las capacidades y las posibilidades de los miembros de la familia que sean, a su vez, ancianos.
Las líneas de estrategia a seguir serán
Generales:
- Creer que el cambio del anciano es posible, confiar en que puede aprender si nos adaptamos a sus déficit sensoriales. Esta creencia deberá tener su fundamento en poder realizar medidas de progresos muy pequeños.
- Es importante para el terapeuta establecer metas definidas de forma clara,específica, cuantificable, para que sea fácil su evaluación.
- En ocasiones se trabaja con pacientes cuyos sentimientos de impotencia son considerables. En estos casos es preciso:
• Que el terapeuta focalice su atención en las razones por las cuales realiza la terapia y ha planificado las cosas tal y como lo hizo.
• No es necesario que el cliente tenga esperanza en que una técnica funcion para que efectivamente funcione.
• El terapeuta puede solicitar el compromiso de familiares cuya relación con el problema sea indirecta pero cuya esperanza en que el cambio es posible sea lo suficientemente fuerte como para que permanezcan en el tratamiento.
Específicas:
Ayudar a la familia a la toma de decisiones con respecto al anciano
El terapeuta realiza esta tarea:
Informando: en problemas en los que la competencia del anciano juega un papel muy importante. Tan pronto como sea posible se han de estimar tanto su condición física como sus capacidades intelectuales, informando de ellos a la familia para que tengan una visión realista de lo que le pueden exigir.
La información tiene un efecto reductor de la ansiedad al “normalizar” lo que está ocurriendo
Enseñando un modelo de toma de decisiones: el hecho de que la familia en esta etapa de la vida tenga que trabajar en pequeños grupos para tomar decisiones con respecto a algún problema relacionado con el anciano, impone la necesidad de un buen modelo de toma de decisiones.
Revisando el sistema de reglas familiares que determina tanto el proceso de toma de decisiones como lo que se consideran resultados aceptables.
Será necesario evaluar también, según el estado de abandono y o pérdida de red sociofamiliarde apoyo del anciano, quiénes deben concurrir a la terapia.
Como regla general, deben acudir aquellos que tienen derecho a tomar decisiones,quienes están implicadosen el funcionamiento familiar,quienes controlan los recursos de la familia,aquel/los que,en definitiva, ostenta(n) el poder.
Se determina quiénes deben venir en función de las metas propuestas.
A la hora de crear una relación con las familias de los ancianos conviene observar ciertas reglas: utilizar su mismo lenguaje, ser realista a la hora de ofrecer ayuda y reconocer la diferencia de edades entre el terapeuta y los ancianos, declarando la disponibilidad para trabajar a pesar de ello.
CONCLUSIONES
Al abordar un caso o un trabajo relacionado con la tercera edad es fácil partir de unas premisas tópicas, de unos “mitos” relacionados con la posibilidad de trabajar con el sistema del que forma parte el anciano, con su capacidad para el cambio e incluso con la efectividad (y no sólo la eficacia) de la terapia.
Estos puntos de partida pueden desanimar al profesional para llevar a cabo cualquier labor con estas personas que no sea la puramente biológica (en el sentido de tratamientos farmacológicos, generalmente paliativos y de efectividad con frecuencia dudosa) y la social (habitualmente en términos de institucionalización).
La revisión de la bibliografía, por desgracia escasa en mi opinión, arroja al menos una tenue luz de esperanza en este sentido.
Varias son las conclusiones que pueden extraerse del presente trabajo:
• La tercera edad es una fase más del ciclo vital, con características relacionales comunes al resto de las etapas y otras que le son propias y requieren atención desde un prisma particular.
• En el caso del paciente anciano, enfermo o no, es particularmente importante que la asistencia sea multidisciplinar, debiendo contar con la participación de los servicios sociales, dispositivos de salud mental y servicios médicos.
• Los problemas de la vida en el anciano se centran, de forma muy resumida, en:
a) Los derivados de la atención al anciano.
b) Los que plantea el rol de cuidador primario.
c) La carencia de una red social de contactos.
El último, además,puede abordarse desde un contexto institucional.
• A pesar de lo inevitable de la demencia orgánica y de su progresión, me parece especialmente destacable que una buena asistencia, que no descuide las intervenciones de calidad en el contexto del paciente, puede favorecer una mejor adaptación, una menor degradación intelectual e incluso una evolución menos rápida.
• Plantearse una labor psicoterapéutica con ancianos puede suscitar poco interés en muchos terapeutas.
El conjunto de los trastornos que se presentan habitualmente durante esta fase de la vida debería merecer, en cambio, toda su atención, sobre todo por su comprensibilidad y por la facilidad con que pueden relacionarse con los hechos de la vida, pero también por su reversibilidad o posibilidad de estabilización, según la común opinión de los autores que se han ocupado seriamente de dicha realidad.
No hay que olvidar, además, que alrededor del paciente individual existe toda una familia que
puede beneficiarse claramente de una intervención de este tipo.
• Cada uno de los problemas a los que me he referido puede afrontarse con inteligencia y buenos resultados por parte de terapeutas capaces de poder asumir su complejidad.
BIBLIOGRAFÍA
Agüera-Ortiz L, Martín-Carrasco M, Cervilla-Ballesteros J. Psiquiatría Geriátrica.
Barcelona: Masson; 2002.
Bruna O, Botella L, Garzón B. Familia y tercera edad. En: Pérez-Testor C comp. La
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Cancrini L, La Rosa C. La caja de Pandora. Barcelona: Paidós; 1996.
De la Serna I. Manual de psicogeriatría clínica. Barcelona: Masson; 2000.
Miranda M. Changes in Family Structure and Care of the Elderly. En: Seva A dir. The
European Handbook of Psychiatry and Mental Health, vol. II. Barcelona: Anthropos; 1991
p. 1740-1745.
Navarro-Góngora J. Técnicas y programas en terapia familiar. Barcelona: Paidós; 1992.
Pittman FS. Momentos decisivos. Tratamiento de familias en situaciones de crisis.
Barcelona: Paidós; 1990.
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