sábado, 17 de septiembre de 2011

Trabajando el orgullo (Notas compiladas por Ven. Sangye Khadro de varias enseñanzas de la tradición Budista Tibetana)

Trabajando el orgullo
(Notas compiladas por Ven. Sangye Khadro de varias enseñanzas de la tradición Budista Tibetana)




      ¿Qué es el orgullo?

El orgullo es un factor mental que fuertemente se aferra  de la concepción equivocada de un "yo" y de un "mío",exagerando la importancia que éstos tienen y haciéndonos sentir altos y superiores a los demás.


Podemos sentirnos orgullosos por nuestra apariencia nuestra inteligencia,nuestro nivel de educación, nuestra salud, la posición social, nuestras habilidades, raza, nacionalidad, etc.

¿Cómo saber si somos orgullosos?



- Criticamos y juzgamos a los demás
- Nos sentimos infelices si no somos los número uno.
- Sentimos envidia de aquellos que lo hacen mejor, que tienen más, etc.
- Nos enfadamos cuando no recibimos el respeto que pensamos merecer
- Nos enfadamos si nos critican
- Nos deprimimos por nuestros errores, fallas, etc.



Diferencia entre el orgullo y una sana autoestima o seguridad personal




El orgullo implica sentirse superior a los otros y verlos por debajo de uno,mientras que un sentido saludable de auto estima o de seguridad personal supone el reconocimiento de buenas cualidades,logros etc., sin irse al extremo de sentirse egotista, arrogante y pensar que se es mejor que los demás.
Necesitamos estar seguros de nosotros mismos en cuanto al potencial que tenemos ,de desarrollarnos en el sendero esp
iritual y obtener altos estados como es la Iluminación. 



¿Qué es el orgullo equivocado?
 
- Nos hace sentirnos arrogantes y superiores a aquellos que vemos como inferiores y puede llevarnos a abusar de ellos y a criticarlos.
- Nos vuelve envidiosos y competitivos hacia nuestros iguales.

- Nos hace sentir envidia de aquellos que están por encima de nosotros.
- Perturba nuestra mente, no permitiéndonos que estemos en paz y satisfechos.
- Es un obstáculo para el desarrollo espiritual.
- Los otros pensarán mal de nosotros y no nos querrán.
- Nos lleva a producir karma negativo.
El resultado kármico del orgullo es nacer pobres, en una posición inferior y no ser respetados por los otros.
- Impide que alcancemos la liberación y la iluminación.



ANTÍDOTOS PARA EL ORGULLO



1) Piensa en la fuente de aquello de lo cual te sientes orgulloso y date cuenta que eres dependiente de los demás.
Por ejemplo, tu cuerpo provino de tus padres, tu conocimiento vino de tus maestros,tu buena fortuna provino de tu buen karma creado en vidas anteriores.
2) Recuerda las cosas que tú no sabes,acuérdate de las cualidades que tú no tienes.
3) Recuerda tus faltas y tus imperfecciones
4) Piensa; "Mientras esté en el samsara (existencia cíclica) mi mente está llena de engaños y de karma.¿De qué me siento orgulloso entonces?"
5) Recuerda la transitoriedad,las cosas pueden cambiar para nosotros podemos perder lo que tenemos.
Por ejemplo, la gente sana se enferma y queda inhábil, la gente rica entra en bancarrota,las personas en altas posiciones pueden perderlas, etc.
6) Desarrolla una comprensión acerca de la ausencia del ser.Investiga el "yo"que se está sintiendo orgulloso.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres (Jean-Jacques Rousseau)

Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres
Jean-Jacques Rousseau


“Del seno de estos desórdenes y revoluciones, el despotismo, levantando por grados su odiosa cabeza y devorando cuanto percibiera de bueno y de sano en todas las partes del Estado, llegaría en fin a pisotear las leyes y el pueblo y a establecerse sobre las ruinas de la república.
Los tiempos que precedieran a esta última mudanza serían tiempos de trastornos y, calamidades; mas al cabo todo sería devorado por el monstruo, y los pueblos ya no tendrían ni jefes ni leyes, sino tiranos.
Desde este instante dejaría de hablarse de costumbres y de virtud, porque donde reina el despotismo, cui ex honesto nulla est spes (39) no sufre ningún otro amo; tan pronto como habla, no hay probidad ni deber alguno que deba ser consultado, y la más ciega obediencia es la única virtud que les queda a los esclavos.
     Éste es el último término de la desigualdad, el punto extremo que cierra el círculo y toca el punto de donde hemos partido.
Aquí es donde los particulares vuelven a ser iguales, porque ya no son nada y porque, como los súbditos no tienen más ley que la voluntad de su señor, ni el señor más regla que sus pasiones, las nociones del bien y los principios de la justicia se desvanecen de nuevo; aquí todo se reduce a la sola ley del más fuerte, y, por consiguiente, a un nuevo estado de naturaleza diferente de aquel por el cual hemos empezado, en que este último era el estado natural en su pureza y otro es el fruto de un exceso de corrupción.
 Pero tan poca diferencia hay, por otra parte, entre estos dos estados, y de tal modo el contrato de gobierno ha sido aniquilado por el despotismo, que el déspota sólo es el amo mientras es el más fuerte, no pudiendo reclamar nada contra la violencia tan pronto como es expulsado.
El motín que acaba por estrangular o destrozar al sultán es un acto tan jurídico como aquellos por los cuales él disponía la víspera misma de las vidas y de los bienes de sus súbditos.
Sólo la fuerza le sostenía; la fuerza sola le arroja. Todo sucede de ese modo conforme al orden natural, y cualquiera que sea el suceso de estas cortas y frecuentes revoluciones, nadie puede quejarse de la injusticia de otro, sino solamente de su propia imprudencia o de su infortunio.
     Descubriendo y recorriendo los caminos olvidados que han debido de conducir al hombre del estado natural al estado civil; restableciendo, junto con las posiciones intermedias que acabo de señalar, las que el tiempo que me apremia me ha hecho suprimir o la imaginación no me ha sugerido, el lector atento quedará asombrado del espacio inmenso que separa esos dos estados.
 En esta lenta sucesión de cosas hallará la solución de una infinidad de problemas de moral y de política que los filósofos no pueden resolver.
Viendo que el género humano de una época no era el mismo que el de otra, comprenderá la razón por la cual Diógenes no encontraba al hombre que buscaba, y es porque buscaba un hombre de un tiempo que ya no existía.
 Catón, pensará, pereció con Roma y la libertad porque no era hombre de su siglo, y el más grande entre los hombres no hizo más que asombrar a un mundo que hubiera gobernado quinientos años antes.
 En una palabra: explicará cómo el alma y las pasiones humanas, alterándose insensiblemente, cambian, por así decir, de naturaleza; por qué nuestras necesidades y nuestros placeres mudan de objetos con el tiempo; por qué, desapareciendo por grados el hombre natural, la sociedad no aparece a los ojos del sabio más que como un amontonamiento de hombres artificiales y pasiones ficticias, que son producto de todas esas nuevas relaciones y que carecen de un verdadero fundamento en la naturaleza.
     Lo que la reflexión nos enseña sobre todo eso, la observación lo confirma plenamente: el hombre salvaje y el hombre civilizado difieren de tal modo por el corazón y por las inclinaciones, que aquello que constituye la felicidad suprema de uno reduciría al otro a la desesperación.
 El primero sólo disfruta del reposo y de la libertad, sólo pretende vivir y permanecer ocioso, y la ataraxia misma del estoico no se aproxima a su profunda indiferencia por todo lo demás.

El ciudadano, por el contrario, siempre activo, suda, se agita, se atormenta incesantemente buscando ocupaciones todavía más laboriosas; trabaja hasta la muerte, y aun corre a ella para poder vivir, o renuncia a la vida para adquirir la inmortalidad; adula a los poderosos, a quienes odia, y a los ricos, a quienes desprecia, y nada excusa para conseguir el honor de servirlos; alabase altivamente de su protección y se envanece de su bajeza; y, orgulloso de su esclavitud, habla con desprecio de aquellos que no tienen el honor de compartirla.
¡Qué espectáculo para un caribe los trabajos penosos y envidiados de un ministro europeo!
¡Cuántas crueles muertes preferiría este indolente salvaje al horror de semejante vida, que frecuentemente ni siquiera el placer de obrar bien dulcifica!
Mas para que comprendiese el objeto de tantos cuidados sería necesario que estas palabras de poderío y reputación tuvieran en su espíritu cierto sentido; que supiera que hay una especie de hombres que tienen en mucha estima las miradas del resto del mundo, que saben ser felices y estar contentos de sí mismos guiándose más por la opinión ajena que por la suya propia.
 Tal es, en efecto, la verdadera causa de todas esas diferencias; el salvaje vive en sí mismo; el hombre sociable, siempre fuera de sí, sólo sabe vivir según la opinión de los demás, y, por así decir, sólo del juicio ajeno deduce el sentimiento de su propia existencia.
No entra en mi objeto demostrar cómo nace de tal disposición la indiferencia para el bien y para el mal, al tiempo que se hacen tan bellos discursos de moral; cómo, reduciéndose todo a guardar las apariencias, todo se convierte en cosa falsa y fingida: honor, amistad, virtud, y frecuentemente hasta los mismos vicios, de los cuales se halla al fin el secreto de glorificarse; cómo, en una palabra, preguntando a los demás lo que somos y no atreviéndonos nunca a interrogarnos a nosotros mismos, en medio de tanta filosofía, de tanta humanidad, de tanta civilización y máximas sublimes, sólo tenemos un exterior frívolo y engañoso, honor sin virtud, razón sin sabiduría y placer sin felicidad.
Tengo suficiente con haber demostrado que ése no es el estado original del hombre y que sólo el espíritu de la sociedad y la desigualdad que ésta engendra mudan y alteran todas nuestras inclinaciones naturales.
     He intentado explicar el origen y el desarrollo de la desigualdad, la fundación y los abusos de las sociedades políticas, en cuanto estas cosas pueden deducirse de la naturaleza del hombre por las solas luces de la razón e independientemente de los dogmas sagrados, que otorgan a la autoridad soberana la sanción del derecho divino.
De esta exposición se deduce que la desigualdad, siendo casi nula en el estado de naturaleza, debe su fuerza y su acrecentamiento al desarrollo de nuestras facultades y a los progresos del espíritu humano y se hace al cabo legítima por la institución de la propiedad y de las leyes.
Dedúcese también que la desigualdad moral, autorizada únicamente por el derecho positivo, es contraria al derecho natural siempre que no concuerda en igual proporción con la desigualdad física, distinción que determina de modo suficiente lo que se debe pensar a este respecto de la desigualdad que reina en todos los pueblos civilizados, pues va manifiestamente contra la ley de la naturaleza, de cualquier manera que se la defina, que un niño mande sobre un viejo, que un imbécil dirija a un hombre discreto y que un puñado de gentes rebose de cosas superfluas mientras la multitud hambrienta carece de lo necesario”


Jean-Jacques Rousseau nació en Ginebra ,Suiza en junio de 1712. Su madre murió cuando él nació, así que es criado por su padre, entonces un pastor en Ginebra, hasta que es recogida por la señora Warren de en Annecy (Rousseau tenía dieciséis años).
Él era un sirviente del Conde y el músico y secretario de la embajada de Venecia.
Se trasladó a París en 1742.
Aquí se presenta un método de notación musical que él inventó, sin éxito. Asistió a la reunión, incluyendo la literatura y Diderot , Condillac, Grimm, D'Alembert, con quien está vinculado. Rousseau escribe artículos de música para la Enciclopedia .
También en París, conoció a Voltaire en 1744..
De 1742 a 1749, Rousseau estaba en París y asistió a filósofos como Diderot , D'Alembert, etc. Participó en la famosa enciclopedia en la redacción de artículos sobre la música.
1749 marca el inicio de la obra filosófica de Rousseau.
En octubre de 1749, Rousseau fue a Vincennes para ver a su amigo Diderot (entonces en prisión) y descubre en el periódico Le Mercure de France, el tema de un concurso organizado por la Academia de Dijon: "Si el progreso de la ciencia y las artes contribuido a corromper o purificar la moral. "Rousseau y participa gana. Tenga en cuenta que el discurso va en contra de las ideas actuales de la época: Voltaire y los enciclopedistas dar por sentada la idea de que el progreso de la ciencia y el arte llevado a la humanidad a la felicidad. Rousseau reúne los elementos de una filosofía opuesta a la cultura de la naturaleza, la virtud y la civilización.
En resumen: el argumento de Rousseau es el antagonismo entre la civilización y la virtud. Esta tesis se desarrolla en dos partes:
En 1753, la Academia ofrece una nueva fuente de competencia: se plantea El Discurso sobre el origen y fundamentos de la desigualdad entre los hombres.
Con ejemplos históricos (la corrupción de Roma y Constantinopla, en contraste con la pureza de Esparta o el romano Fabricius ), Rousseau sostiene que la ciencia y las artes son responsables por el reblandecimiento de los hombres, de la hipocresía y el mundo la decadencia de la moral.
La segunda parte se basa en la razón para afirmar la vanidad del conocimiento, la inutilidad de los filósofos, la nocividad de lujo y los riesgos de toda la educación que no sea la enseñanza de la virtud.
Sobre el Discurso sobre el origen y fundamentos de la desigualdad entre los hombres
Origen
En 1753, la Academia de Dijon ofrece una nueva fuente de competencia: "¿Cuál es el origen de la desigualdad entre los hombres, y si es autorizado por la ley natural. Convencido de que "la principal fuente del mal es la desigualdad", convencido de que "aquellos que tratar por separado la política y la moral no se entiende nada en ninguno de los dos" ( Emilio, o la educación , IV), Rousseau ya no se limitan a clamar contra la confiscación de los hombres: para él, el hombre es naturalmente bueno y parece que la empresa con la desigualdad del mal, de identificación.
En resumen: la primera parte del discurso describió el hombre primitivo, en el estado de la naturaleza, antes de la institución de la sociedad. Esta declaración, presentada como una ficción- utopía , es un punto de la felicidad y el equilibrio que sirve como punto de referencia para la medición de la brecha de más o menos del hombre social desde su origen natural.
También permite apreciar la degradación moral del hombre en sociedad. La segunda parte examina el discurso aparece cuando el mal es decir, la desigualdad generada por la propiedad: el hombre se desnaturaliza por la empresa, que es un pacto de asociación para el beneficio de ricos. En este pacto ilegítimo Rousseau propone sustituir un "verdadero contrato" en virtud del cual las personas pueden ejercer directamente su soberanía
Rousseau se vuelve famoso y se retiró a Montmorency.
En 1761 publicó “La nueva Eloísa” , una novela epistolar, entonces, en 1762,publica “El contrato social” y “Emilio”.
Ese mismo año, el Parlamento condenó a “Emilio” por sus ideas religiosas y Rousseau luego huyó a Suiza.
Sus libros fueron quemados públicamente.
Comenzó a escribir sus “Confesiones” en 1765 y regresó a París en 1770, después de permanecer en Londres, Rousseau escribió “Los ensueños del paseante solitario”
Rousseau murió en Ermenonville en julio de 1778. Sus cenizas fueron trasladadas al Panteón en 1794.

Principales obras de Jean-Jacques Rousseau
Ensayos
Discurso sobre la ciencia y el arte (1750)
Discurso sobre el origen y fundamentos de la desigualdad entre los hombres (1755)
El contrato social (1762)
Emilio o la educación (1762)
Novela
La nueva Eloísa (1761)
Autobiográfico
Confesiones (1765-1770)
Los ensueños del paseante solitario (1776)


(Fuentes:http://www.etudes-litteraires.com/rousseau-biographie)

lunes, 5 de septiembre de 2011

YOUTH (Samuel Ullman)



YOUTH
(Samuel Ullman)

Youth is not a time of life; 
it is a state of mind;
it is not a matter of rosy cheeks, 
red lips and supple knees;
it is a matter of the will, 
a quality of the imagination,
a vigor of the emotions; 
it is the freshness of the deep springs of life. 


Youth means a temperamental predominance of courage over timidity 
of the appetite, for adventure over the love of ease.

This often exists in a man of sixty more than a body of twenty.
 Nobody grows old merely by a number of years.
We grow old by deserting our ideals


Years may wrinkle the skin, but to give up enthusiasm wrinkles the soul. 
Worry, fear, self-distrust bows the heart and turns the spirit back to dust. 



Whether sixty or sixteen, 
there is in every human being's heart the lure of wonder, 
the unfailing child-like appetite of what's next, 
nd the joy of the game of living.

 In the center of your heart and my heart 
there is a wireless station; 
so long as it receives messages of beauty,
 hope, cheer, courage and power from men and from the Infinite, 
so long are you young. 


When the aerials are down, 
and your spirit is covered with snows of cynicism 
and the ice of pessimism, then you are grown old,
 even at twenty, but as long as your aerials are up,
 to catch the waves of optimism, 
there is hope you may die young at eighty. 


Samuel Ullman was born in Germany in 1840 and immigrated with his family to the United States in 1852. They settled in Mississippi where nine years later Samuel Ullman served in the Confederate Army. He later married, started a business, and began what became a pattern of civic and religious activism that continued the rest of his life. In 1884, Ullman and his family moved to Birmingham, where he became a progressive leader during the city's formative years. He served in numerous civic and community capacities, including eighteen years of service on the Birmingham Board of Education. Samuel Ullman died in Birmingham in 1924. Throughout his life, but particularly during his retirement, Ullman pursued an avocation as a poet. While in his seventies he wrote a poetic essay entitled "Youth" which became a favorite of General Douglas MacArthur. The General displayed a framed copy of the poem in his Tokyo office during the post-World War II administration of Japan. Through General MacArthur's influence, "Youth" was translated and  gained popularity in Japan.  




viernes, 26 de agosto de 2011

Ciencia y Pseudociencia: El equilibrio entre receptividad y escepticismo- (Sobre textos de Carl Sagan y otros)

CIENCIA Y PSEUDOCIENCIA
El equilibrio entre receptividad y escepticismo

Releyendo un  texto publicado por Carl Sagan, hace casi 20 años, renuevo el sentido comprensivo acerca de tan  necesario equilibrio entre escepticismo y receptividad.
La visión equilibrada, sobria y prudente de Carl Sagan, acerca de ciertas teorías (a su entender "pseudocientíficas") les resultó una posición tibia, a algunos y acomodaticia, para otros.
Ahora bien, si debíerámos tomar un postura netamente escéptica de todo cuanto se cruza ante nuestros sentidos físicos, y por ende ante nuestra personal percepción,en este presente invadido por múltiples formas audiovisuales, de las cuales se hace uso y abuso,de mandatos y preceptos,ocultos, subliminales, ó abiertamente dictatoriales en toda forma de comunicación humana, deberíamos decidir marcharnos a la cima de algún monte, lejos de todo vestigio de civilización ó modernismo.
He comprendido luego de mucha lectura y apertura mental de mi parte, que gran parte del material analizado por los militantes acérrimos del escepticismo,parten de una crítica parcial,en cierta manera desequilibrada, de los ítems que llaman "supersticiones" o "pseudociencias",a través de la observación de la conducta de ciertos individuos que representan lo peor de cada actividad.
Resultaría más adecuado, observar un camino medio, un equilibrio como el que plantea Carl Sagan, precisamente para evitar caer en el rechazo como ejercicio cotidiano, antes de analizar, y rescatar de cada teoría, alguna idea-fuerza que sirva en el futuro para investigar más profundamente cada situación presentada.
Si bien, la conducta humana hacia el pensamiento mágico ha convertido ideas ancestrales, leyendas y mitos en apoyatura para supersticiones, también ha sido alimentada en muchos casos,por la falta de contención psicológica y hasta médica, de las fuentes tradicionales.
Sencillamente el trato que ciertos sectores denominados escépticos ( incluso hay una página web que funciona como un diccionario :sketic.com),le propinan, con un velado desprecio,a muchas disciplinas que han ayudado, al menos psicológicamente, a consolar ánimos y a fortalecer autoestimas lastimadas,suena además a una falta de respeto cuasi infantil.
Si bien, se puede disentir con la posición de Carl Gustav Jung, acerca de su teoría de la Sincronicidad, se debe respetar su obra en cuanto a su gran contribución al desarrollo de la Psicología Cognitiva,pero  descalificar su obra,por sus investigaciones ó su relación con religiones, y creencias para mi gusto, es demasiado.
Quise transcribir este artículo de Carl Sagan, ya que lo considero un hombre de ciencia, con cuyo pensamiento acerca del delicado equilibrio entre receptividad y escepticismo, coincido totalmente.


"¿Qué es el escepticismo? 
(De "La carga del esceptiscismo" por Carl Sagan )
No es nada esotérico. 
Nos lo encontramos a diario. 
Cuando compramos un coche usado, si tenemos el mínimo de sensatez,
emplearemos algunas habilidades escépticas residuales (las que nos haya dejado nuestra educación). 
Podrías decir: "Este tipo es de apariencia honesta. Aceptaré lo que me ofrezca.
" O podrías decir: "Bueno, he oído que de vez en cuando hay pequeños engaños relacionados con la venta de coches usados, quizá involuntarios por parte del vendedor", y luego hacer algo.
Le das unas pataditas a los neumáticos, abres las puertas, miras debajo del capó. 
(Podrías valorar cómo anda el coche aunque no supieses lo que se supone que tendría que haber debajo del capó, o podrías traerte a un amigo aficionado a la mecánica.) 
Sabes que se requiere algo de escepticismo, y comprendes por qué. 
Es desagradable que tengas que estar en desacuerdo con el vendedor de coches usados, o que tengas que hacerle algunas preguntas a las que es reacio a contestar. 
Hay al menos un pequeño grado de confrontación personal relacionado con la compra de un coche usado y nadie  afirma que sea especialmente agradable. 
Pero existe un buen motivo para ello, porque si no empleas un mínimo de escepticismo, si posees una credulidad absolutamente destrabada, probablemente tendrás que pagar un precio tarde o temprano. 
Entonces desearás haber hecho una pequeña inversión de escepticismo con anterioridad.
Ahora bien, esto no es algo en lo que tengas que emplear cuatro años de carrera para comprenderlo. 
Todo el mundo lo comprende. 
El problema es que los coches usados son una cosa, y los anuncios de televisión y los
discursos de presidentes y líderes políticos son otra. 
Somos escépticos en algunas cosas, pero, desafortunadamente, no en otras.
Por ejemplo, hay un tipo de anuncio de aspirina que revela que el producto de la competencia sólo tiene una cierta cantidad del ingrediente analgésico que los médicos recomiendan (no te dicen cuál es el misterioso ingrediente), mientras que su producto tiene una cantidad dramáticamente superior (de 1,2 a 2 veces más por cada pastilla). 
Por tanto deberías comprar su producto. 
Pero ¿por qué no simplemente tomar dos pastillas de la competencia?
Nadie te ha dicho que preguntes. 
No apliques escepticismo en este asunto. No pienses. Compra.
Las afirmaciones de los anuncios comerciales constituyen pequeños engaños.
Nos hacen gastar algo más de dinero, o nos inducen a comprar un producto
algo inferior. 
No es tan terrible. 
Pero considera esto: Tengo aquí el programa de este año de la Expo Whole Life de San Francisco. 
Veinte mil personas asistieron a la del año pasado. 
He aquí algunas de las presentaciones: "El Retorno de la Diosa, Ritual de Presentación." Otra: "Sincronicidad, la Experiencia de Reconocimiento." Esa la da el "Hermano Charles". O, en la siguiente página: "Tú, Saint-Germain, y Cómo Curarse Mediante la Llama Violeta." 
 Sigue y sigue, con montones de anuncios acerca de las oportunidades (que van desde lo dudoso a lo espurio) disponibles en la Expo Whole Life.
Si tuvieras que bajar a la Tierra en cualquier momento del dominio humano, te encontrarías con un conjunto de sistemas de creencia populares, más o menos similares. 
Cambian, a veces rápidamente, a veces en una escala de varios años: pero, a veces, sistemas de creencia de este tipo duran muchos miles de años. 
Al menos unos cuantos están siempre presentes. 
Creo que es razonable preguntarse por qué. 
Somos Homo Sapiens. 
Ésa es nuestra característica diferenciadora, eso de sapiens. Se supone que somos listos.
Entonces ¿por qué nos rodea siempre todo ese tema? 
Bueno, por una parte, muchos de esos sistemas de creencia tratan necesidades humanas reales que no se presentan en nuestra sociedad.
Existen necesidades médicas insatisfechas, necesidades espirituales, y necesidades de comunicación con el resto de la comunidad humana
Puede que haya más de esos defectos en nuestra sociedad que en muchas otras de la historia de la humanidad. 
Por tanto, es razonable para la gente probar y hurgar en varios sistemas de creencia, para ver si ayudan en algo.
Por ejemplo, tomemos una manía de moda: la canalización
Tiene como premisa fundamental, al igual que el espiritualismo, que, cuando morimos,
no desaparecemos exactamente, sino que una parte de nosotros continúa. 
Esa parte, dicen, puede retomar el cuerpo de un humano u otras criaturas en el futuro, y por tanto, personalmente, la muerte pierde mucha amargura para nosotros. 
Y lo que es más, tenemos una oportunidad, si los argumentos de la canalización son ciertos, de contactar con seres queridos que han muerto.
Hablando personalmente, yo estaría encantado de que la reencarnación fuese cierta. 
Perdí a mis dos padres en los últimos años, y me encantaría tener una pequeña conversación con ellos, para decirles cómo están los niños y asegurarme de que todo va bien dondequiera que estén. 
Eso toca algo muy profundo. 
Pero, al mismo tiempo, y precisamente por esa razón, sé que hay gente que intenta beneficiarse de las vulnerabilidades de los afligidos.
Mejor que los espiritualistas y los canalizadores tengan un argumento convincente.
O tomemos la idea de que, pensando mucho sobre formaciones geológicas, podemos decir dónde hay depósitos de mineral o petróleo.
Ahora bien, si eres un ejecutivo de una compañía de exploración de mineral o petróleo, tus garbanzos dependen de que encuentres los minerales o el petróleo: por tanto, gastar cantidades triviales de dinero, comparadas con lo que te gastas a menudo en exploración geológica, en este caso para encontrar físicamente los depósitos, no suena tan mal. 
Podrías caer en la tentación.
O tomemos a los OVNIs, el argumento de que nos están visitando continuamente seres de otros mundos en naves espaciales. 
Encuentro esto muy emocionante. 
Al menos es una ruptura con lo ordinario. He empleado una buena cantidad de tiempo en mi vida científica trabajando en el tema de la búsqueda de inteligencia extraterrestre. 
Piensa cuánto esfuerzo podría ahorrarme si esos tipos están visitándonos. 
Pero cuando podemos reconocer alguna vulnerabilidad emocional relacionada con una pretensión, es cuando tenemos que hacer los esfuerzos más firmes de escrutinio escéptico. 
En esa situación es cuando pueden aprovecharse de nosotros. 

Ahora reconsideremos la canalización. 
Hay una mujer en el Estado de Washington que afirma entrar en contacto con alguien que tiene 35.000 años de edad: Ramtha (quien, por cierto, habla muy bien inglés con lo que me
parece un acento indio).  
Supongamos que tenemos a Ramtha aquí y supongamos que Ramtha es cooperativo. Podríamos hacer algunas preguntas: ¿Cómo sabemos que Ramtha vivió hace 35.000 años? ¿Quién está llevando la cuenta de los milenios que se interponen? ¿Cómo es que son exactamente 35.000 años? Eso es un número muy redondo. ¿35.000 más qué, o menos qué? ¿Cómo eran las cosas hace 35.000 años? ¿Cómo era el clima? ¿Dónde vivió Ramtha?
(Sé que habla inglés con un acento indio, pero ¿dónde se hablaba así hace 35.000 años?) ¿Qué come Ramtha? (Los arqueólogos saben algo sobre lo que comía la gente por aquel entonces.) 
Tendríamos una buena oportunidad de descubrir si sus afirmaciones son ciertas. 
Si fuera realmente alguien de hace 35.000 años, podríamos aprender mucho sobre hace 35.000 años. 
Por tanto, de una manera u otra, o Ramtha es realmente alguien de hace 35.000 años, en cuyo caso descubriremos algo sobre ese periodo (que es anterior a la glaciación de Wisconsin, una época interesante), o es un farsante y se equivocará. 
¿Cuáles son los idiomas indígenas, cómo es la estructura social, con quién más vive Ramtha(hijos,nietos), cuál es el ciclo de vida, la mortalidad infantil, qué ropas lleva, cuál es su esperanza de vida, qué armas, plantas y animales hay? Dinos. 
En cambio, lo que oímos son las homilías más banales, indistinguibles de las que los supuestos ocupantes de los OVNIs les dicen a los pobres humanos que afirman haber
sido abducidos por ellos.
Ocasionalmente, por cierto, recibo una carta de alguien que está en contacto con un extraterrestre que me invita a "preguntar lo que sea". 
Así que tengo una lista de preguntas. 
Los extraterrestres están muy avanzados, recordemos. 
Por tanto pregunto cosas como: "Por favor, denme una demostración simple del Último Teorema de Fermat." 
O de la Conjetura de Goldbach. 
Y luego tengo que explicar qué son estas cosas, porque los extraterrestres no las llamarán Último Teorema de Fermat, así que escribo la pequeña ecuación con sus exponentes. 
Nunca recibo respuesta. 
Por otra parte, si le pregunto algo como "¿Deberíamos ser buenos los humanos?", siempre recibo respuesta. 
Pienso que se puede deducir algo de esta habilidad diferenciada para contestar preguntas. Si son cosas imprecisas y vagas, están encantados de responder, pero si es algo específico, que dé ocasión a descubrir si saben algo realmente, sólo hay silencio.
El científico francés Henri Poincarè hizo una observación sobre por qué la
credulidad está tan extendida: "También sabemos lo cruel que es la verdad a menudo, y nos preguntamos si el engaño no es más consolador." 
Eso es lo que he intentado decir con mis ejemplos. 
Pero no creo que ésa sea la única razón por la que la credulidad está extendida. 


El escepticismo desafía a instituciones establecidas. 
Si enseñamos a todo el mundo, digamos a los estudiantes de instituto, el hábito de ser escépticos, quizá no limiten su escepticismo a los anuncios de aspirinas y a los canalizadores de 35.000 años. 
Puede que empiecen a hacerse inoportunas preguntas sobre las instituciones económicas, o sociales, o políticas o religiosas. 
¿Luego dónde estaremos?
El escepticismo es peligroso. 
Ésa es precisamente su función, en mi opinión. 
Es menester del escepticismo el ser peligroso. 
Y es por eso que hay una gran renuencia a enseñarlo en las escuelas. 
Es por eso que no encontramos un dominio general del escepticismo en los medios. 
Por otra parte, ¿cómo evitaremos un peligroso futuro si no poseemos las herramientas intelectuales elementales para hacer preguntas agudas a aquéllos que están nominalmente al cargo, especialmente en una democracia?
Hay tantas tonterías promulgadas por los partidos políticos que el hábito de escepticismo imparcial debería declararse un objetivo nacional esencial para nuestra supervivencia.
Quiero decir algo más sobre la carga del escepticismo. 
Se puede tomar un hábito de pensamiento en el que te diviertes burlándote de toda la gente que no ve las cosas tan bien como tú. 
Esto es un peligro social potencial,
Tenemos que protegernos cuidadosamente de esto.
Me parece que lo que se necesita es un equilibrio exquisito entre dos necesidades conflictivas: el mayor escrutinio escéptico de todas las hipótesis que se nos presentan, y al mismo tiempo una actitud muy abierta a las nuevas ideas. 
Obviamente, estas dos maneras de pensar están en  cierta tensión. 

Pero si sólo puedes ejercitar una de ellas, sea cual sea, tienes un grave problema.
Si sólo eres escéptico, entonces no te llegan nuevas ideas.
Nunca aprendes nada nuevo. 
Te conviertes en un viejo cascarrabias convencido de que la estupidez gobierna el mundo. (Existen, por supuesto, muchos datos que te apoyan.) 
Pero de vez en cuando, quizá uno entre cien casos, una nueva idea resulta estar en lo cierto, ser válida y maravillosa. 
Si tienes demasiado arraigado el hábito de ser escéptico en todo, vas a pasarla por alto o tomarla a mal, y en ningún caso estarás en la vía del entendimiento y del
progreso.
Por otra parte, si eres receptivo hasta el punto de la mera credulidad y no tienes una pizca de sentido del escepticismo, entonces no puedes distinguir las ideas útiles de las inútiles. 
Si todas las ideas tienen igual validez, estás perdido, porque entonces, me parece, ninguna idea tiene validez alguna.
Algunas ideas son mejores que otras.
El mecanismo para distinguirlas es una herramienta esencial para tratar con el mundo y especialmente para tratar con el futuro. 

Y es precisamente la mezcla de estas dos maneras de pensar el motivo central del éxito de la ciencia.
Los científicos realmente buenos practican ambas. 

Por su cuenta, cuando hablan consigo mismos, amontonan grandes cantidades de nuevas ideas y las critican implacablemente.
La mayoría de ellas nunca llega al mundo exterior. 
Sólo las ideas que pasan por rigurosos filtros salen y son criticadas por el resto de la comunidad científica. 
A veces ocurre que las ideas que son aceptadas por todo el mundo resultan ser erróneas, o al menos parcialmente erróneas, o al menos son reemplazadas por ideas de mayor generalidad. 
Y, aunque, por supuesto, existen algunas pérdidas personales (vínculos emocionales con la idea de que tú mismo has jugado un papel inventivo), no obstante la ética colectiva es que, cada vez que una idea así es derribada y reemplazada por algo mejor, la misión de la ciencia ha salido beneficiada. 
En ciencia, ocurre a menudo que los científicos dicen: "¿Sabes?, ése es un gran argumento; yo estaba equivocado." Y luego cambian su mentalidad y jamás se vuelve a escuchar de sus bocas esa vieja opinión. 
Realmente hacen eso. 
No ocurre tan a menudo como debiera, porque los científicos son humanos y el cambio es a veces doloroso. 
Pero ocurre a diario. 
No soy capaz de recordar la última vez que pasó algo así en la política o en la religión. 
Es muy raro que un senador, por ejemplo, responda: "Ése es un buen argumento.Voy a cambiar mi afiliación política."

El Arte de la Detección de Camelos

Después de que se publicase mi artículo El Arte de la Detección de Camelos en Parade (1 feb. 1987), recibió, como puedes imaginar, un montón de cartas. Parade es leído por 65 millones de personas. En el artículo di una larga lista de cosas que eran presuntos o demostrados camelos (treinta o cuarenta). 
Los defensores de todas esas cosas resultaron uniformemente ofendidos, por lo que recibí montones de cartas. 
También ofrecí un conjunto de instrucciones muy elementales acerca de cómo tratar a los
camelos (los argumentos de una autoridad no valen, todos los pasos de una cadena de evidencias tienen que ser válidos, etcétera). 
Mucha gente contestó diciendo: "Tiene usted toda la razón en las generalidades;
desafortunadamente, eso no es aplicable a mi doctrina particular." 
Por ejemplo, uno de ellos decía que la idea de que existe inteligencia extraterrestre fuera de la Tierra es un ejemplo de excelente camelo.
Concluía: "Estoy tan seguro de esto como de cualquier otra cosa en mi experiencia. No hay vida consciente en otro lugar del Universo. El Hombre vuelve así a su legítima posición en el centro del Universo."
Otro remitente también estaba de acuerdo con todas mis generalidades, pero decía que, como escéptico empedernido, yo había cerrado mi mente a la verdad. 
Más notablemente, he ignorado la evidencia de que la Tierra tiene seis mil años de antigüedad. 
Bueno, no la he ignorado; he considerado la supuesta evidencia y luego la he rechazado.
Existe una diferencia, y ésta es una diferencia, podríamos decir, entre prejuicio y postjuicio.
Prejuicio es hacer un juicio antes de considerar los hechos. 
Postjuicio es hacer un juicio después de considerarlos. 
El prejuicio es terrible, en el sentido de que se cometen injusticias y graves errores. 
El postjuicio no es terrible. 

Por supuesto, no puedes ser perfecto; también puedes cometer errores. 
Pero es permisible hacer un juicio después de haber examinado la evidencia. 
En algunos círculos incluso se fomenta.
Creo que parte de lo que impulsa a la ciencia es la sed de maravilla. 
Es una emoción muy poderosa. 
Todos los niños la sienten.
En una clase de parvulario, todos la sienten; en una clase de bachillerato casi nadie la siente, o siquiera la reconoce. 
Algo pasa entre el parvulario y el bachillerato, y no es sólo la pubertad. No sólo los colegios y los medios no enseñan mucho escepticismo, tampoco se fomenta mucho este emocionante sentido de lo maravilloso. 
Ambas, ciencia y pseudociencia despiertan ese sentimiento. 
Una pobre popularización de la ciencia establece un nicho ecológico para la pseudociencia.
Si la ciencia se explicase a la gente de a pie de una manera accesible y excitante, no habría sitio para la pseudociencia.
Pero existe una especie de Ley de Gresham por la que, en la cultura popular, la mala ciencia
expulsa a la buena. 
Y por esto pienso que tenemos que culpar, primero, la comunidad científica por no hacer un mejor trabajo popularizando la ciencia, y segundo, a los medios, que a este respecto son casi por completo inútiles. 
Todo periódico tiene una columna diaria de astrología. 
¿Cuántos tienen siquiera una columna semanal de astronomía?
Y también pienso que es culpa del sistema educativo. 
No enseñamos a pensar.
Esto es un error muy serio que podría incluso, en un mundo infestado con 60.000 armas nucleares, comprometer el futuro de la humanidad.
Sostengo que hay mucha más maravilla en la ciencia que en la pseudociencia. 
Y además, en la medida que esto tenga algún significado, la ciencia tiene como virtud adicional (y no es una despreciable) su veracidad."