viernes, 23 de agosto de 2013

EL APEGO (Andrew Matthews)

EL APEGO
(Andrew Matthews)




Cuando te apegas demasiado a las cosas, una persona, el dinero, ¡ya la has fastidiado !.
El reto de la vida consiste en apreciarlo todo y no encadenarse a nada. 
Cuando persigues demasiado las cosas, ellas se largan corriendo. 
Esto sucede lo mismo con los animales que con los amores.....¡e incluso con el dinero !
Como cuando conoces en una fiesta a alguien que te cae bien, y te prometen:
- Te llamo la semana que viene.

Te quedas al lado del teléfono toda la semana....¡ ni siquiera lo dejas para ir al cuarto de baño !
De plantón al lado del teléfono....y todo el mundo llama, menos la persona que tú esperabas.


 El apego mal entendido y la ansiedad

¿ Alguna vez te has visto en la necesidad desesperada de vender algo, un coche, una vivienda ? 
¡ Nadie lo quiso ! 
Por la urgencia, tú bajaste el precio, y ¿ qué pasó ?
 ¡ Que tampoco lo quiso nadie !
 ¿ Qué principio se deduce de eso ? 
Al que desespera, ni los buenos días......
Habla con cualquier vendedor, da lo mismo si vende avionetas privadas para millonarios que detergentes domésticos.

 Cuando estás desesperado, entras en una espiral descendente....¡ y cuando más apurado te ven, menos te compran ! 
¿ Qué sucede cuando sólo tienes media hora para comer en el restaurante ? 
Que se les olvida tu pedido.
Cuando el interés o el apego emocional a una transacción o un acontecimiento alcanzan la desesperación, los estorbamos, pero este principio tiene un reverso positivo: tómalo con tranquilidad y ....¡bingo!
Te pasas un año y medio sin novio, o sin novia, y es la desesperación. 

¡No te comes un rosco! 
Entonces abandonas y te dices:
- Si no tengo pareja, puedo perfectamente ser feliz a solas.
Verás entonces cómo acuden cual moscas al panal de rica miel.
Otro ejemplo clásico son las discusiones. 

¿Qué ocurre cuando te empeñas en que alguien cambie de opinión?
 ¡Que se reafirman en ella más que antes!


 Actitud correcta ante las situaciones de apego adulto mal enfocado

Deja de insistir, y verás como muchas veces se vienen por sí solos a la tuya.
Siempre que estamos desesperados por algo -que alguien nos llame, que nuestra pareja deje el tabaco, que nuestros jefes nos asciendan o reconozcan nuestros méritos- creamos un campo de energía que rechaza el acontecimiento deseado.
Pero no olvidemos que la serenidad no es falta de interés; es posible adoptar una actitud desprendida sin dejar de estar enérgicamente decididos a conseguir lo que deseamos. 
La persona serenamente decidida es la que sabe que el esfuerzo y la excelencia acabarán por recibir su recompensa, y se dice a sí misma:
- Si no gano en esta ocasión, será en la próxima, o la siguiente.

¿ Cómo evitar la desesperación cuando estás en la desesperación ? 

¿Qué hacer concretamente ? 
Es una cuestión de actitud. 
No hay que caer en la trampa de decirse: "Necesito tal cosa para ser feliz". 
¡Haz todo lo que esté en tu mano para conseguir que ocurra, y luego te dices: "No necesito tal cosa para ser feliz". 
Olvídalo y sigue ocupándote de los demás asuntos. 
Las más de las veces, el resultado esperado sobrevendrá.
Tanto en el plano mental como en lo físico rigen para nosotros las leyes naturales. 
¡Pero la naturaleza no entiende las desesperaciones! 
La naturaleza busca el equilibrio, y no se puede ser desesperado y equilibrado al mismo tiempo. 
La vida no tiene por qué ser una lucha permanente. 
Deja correr las cosas. 
Esto no es indiferencia, es no empeñarse en forzar los acontecimientos.
Y aunque digas:"No sé nada de leyes naturales ni cómo funcionan", tampoco hace falta entender la ley de la gravedad. 

El reto consiste en saber utilizar los principios; nadie nos exige que los entendamos.
Saber dar...

Si quieres algo, ¡ regálalo !
 Consigues más de aquello que quieres dando un poco de lo que tienes. 
Si el apego impide que las cosas buenas circulen hacia tu vida, la situación opuesta sería el desasimiento,hasta el punto de dar algo de lo que apreciamos. 
Lo que das se te devolverá.
El saldo de nuestro talonario no es la medida de nuestra prosperidad. 
La abundancia es la circulación de bienes por nuestra vida. 
La prosperidad es un flujo; consiste en dar y recibir.
 Dar sin esperar que correspondan, de lo contrario estaríamos apegados a un resultado...y como ya sabemos,cuanto mayor el afán, menos se consigue. 
¿Se debe disfrutar de las posesiones materiales? 
¡Naturalmente! 
Procura sólo ser el dueño de ellas, y que ellas no se adueñen de ti.

El apego adulto amoroso equivocado que encadena:

Las cadenas del amor
María busca desesperadamente un hombre que la quiera. 
¿Es de suponer que vaya a encontrarlo?
 Las probabilidades son escasas. 
En primer lugar, su desesperación ahuyenta a los pretendientes.
Segundo, perjudica a su simpatía.


Federico le dice a su chica:
- Te necesito, ¡ no puedo vivir sin tí !
Eso no es amor, es apetito feroz.

 No es posible necesitar desesperadamente a una persona y amarla al mismo tiempo. 
Además, si fuese verdad literal que no puedes vivir sin determinada persona, serías un caso patológico, ¿y quién quiere cargar con un problema así?
Amar a una persona significa dejarla en libertad de ser quien ella decida.
Amar es dejar que forme parte de tu vida si ella así lo elige.

Otra vez estamos hablando de un equilibrio. 
Para tener algo, o a alguien, déjalo suelto.

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